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Energia nuclear

Bruselas intenta de nuevo armonizar las normas de seguridad nuclear en la UE

La CE espera aprobar la semana que viene un proyecto de directiva sobre seguridad de las centrales nucleares que armoniza las normas de prevención, actuación de las autoridades y reacción en caso de emergencia.

El proyecto de directiva fijará los principios generales de seguridad de la energía nuclear y las obligaciones de las diferentes partes implicadas en su producción, desde la empresa que explota el reactor a las autoridades que supervisan su actividad.

La iniciativa comunitaria coincide con la reapertura del debate en muchos países europeos y a nivel internacional sobre la necesidad de recurrir o no a la fisión nuclear como fuente de energía. Y la Comisión Europea parece convencida de que el retorno de la inversión en ese polémico sector no será posible si no se disipa la inquietud que provocan las centrales nucleares en una buena parte de la población.

En esa dirección apunta el proyecto de directiva que la Comisión Europea espera aprobar el próximo 26 de noviembre. El texto convierte en ley comunitaria los compromisos de seguridad suscritos por los Estados miembros en distintos convenios internacionales.

El cambio no es baladí porque permitiría a Bruselas controlar el cumplimiento de la directiva y denunciar ante el Tribunal de Justicia de la UE las posibles violaciones. Hasta ahora, la CE dispone de poderes muy limitados en la verificación de ciertos proyectos de inversión en el sector y en temas de seguridad ligados al Tratado Euratom de 1958.

Bruselas ya intentó al final de la pasada legislatura europea (1999-2004) cambiar esa situación. Pero el proyecto presentado por la entonces comisaria europea de Energía, Loyola de Palacio, embarrancó en 2004 a pesar de que al menos 10 países estaban a favor, incluida Francia, líder del sector en la UE.

El actual comisario, Andris Piebalgs, ha decidido volver a la carga. Y parece contar ya con un núcleo duro de países a favor de que la UE legisle en materia de seguridad nuclear. Entre ellos figuran Francia, España, Italia o Polonia. Incluso alguno de los antiguos opositores, como Finlandia, apoyan ahora la iniciativa comunitaria.

Fuentes del sector indicaron ayer que 'la CE esta vez ha consultado por adelantado, no sólo a la industria sino a muchas de las partes implicadas'. Bruselas creó en julio del año pasado un grupo de alto nivel sobre seguridad energética y gestión. Y ha impulsado la convocatoria periódica de un Foro de energía nuclear europea. Aun así, la propuesta plantea serias reticencias en dos países como Alemania y Reino Unido. Berlín, en concreto, duda sobre el valor añadido de una ley europea que no añade nuevas obligaciones respecto al Convenio sobre seguridad nuclear (CNS) firmado en 1994. Ese acuerdo internacional, sin embargo, no prevé sanciones. La CE cree que incluso una directiva de carácter general, pero que fije con claridad los principios que deberá respetar cada país, reforzará el marco legal europeo sobre seguridad nuclear.

La CE teme el declive de una industria envejecida

A pesar de la retórica sobre el renacer de la industria nuclear, la Comisión Europea alertaba la semana pasada sobre la posible caída de la generación eléctrica procedente de esa fuente desde el 30% actual al 25% en 2020. Bruselas advertía, además, sobre el envejecimiento de los reactores europeos, cuya media de vida es de 23 años frente a los 20 del parque mundial. Sólo el 8% de las centrales europeas tiene menos de 15 años.Y la CE calcula que durante la próxima década el 33% de la capacidad de generación nuclear habrá agotado su recorrido temporal (estimado en 30 o 40 años) y tendrá que ser retirada o sustituida. Bruselas teme que ese recorte aumente las emisiones de CO2 vinculadas a la electricidad y la dependencia energética de la UE.

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