EE UU renuncia a comprar activos tóxicos y opta por capitalizar la banca
El Tesoro abandona su plan de comprar activos tóxicos, pero su titular quiere que la ayuda pública sea accesible a emisores de tarjetas de crédito además de financiadoras de coches y préstamos de estudiantes
El secretario del Tesoro, Henry Paulson dio ayer un volantazo oficial sobre una decisión oficiosa. El Gobierno no comprará activos ilíquidos, o tóxicos, de la banca, algo que era el objetivo central del polémico plan de salvamento que el Congreso aprobó el 3 de octubre. Hasta ahora, el Tesoro no ha hecho ninguna compra y bajo el paraguas del plan ha inyectado unos 290.000 millones de capital en más de una veintena de bancos.
Ese es el camino a seguir aunque ahora, además, el Tesoro estudia si debe exigir a quienes reciban fondos públicos que busquen capital privado por la misma cantidad.
Paulson quiere, también, que este plan, dotado con un total de 700.000 millones de dólares, se amplíe y llegue a todo el sistema financiero, es decir, que puedan acceder a él los emisores de tarjetas de crédito y de préstamos para la automoción o estudios, responsables del 40% de los créditos concedidos en el país.
Paulson reconoció ayer, en una comparecencia ante la prensa, que desde el momento en el que se aprobó el plan, llamado TARP (siglas en inglés de programa de ayuda para activos con problemas) tuvo claro que, dada la velocidad con la que se estaba deteriorando el sistema financiero, no iban a tener tiempo para poner en marcha esas adquisiciones.
Por tanto, 'tras consultas con la Fed, determiné que la medida más apropiada para mejorar el crédito era reforzar el balance de la banca a través de comprar directas de participaciones en bancos'.
El secretario del Tesoro, señaló que la situación ha mejorado con respecto a septiembre. 'Nuestro sistema es más fuerte y estable que hace unas semanas', explicó para aclarar a continuación que quedan muchos problemas por resolver. Para empezar, el sistema financiero sigue frágil y esto coincide con una desaceleración global.
Es esta situación la que le ha llevado a considerar que el resto del paquete de ayuda a la banca debe ser usado para asegurar que los ciudadanos y las empresas tienen acceso a créditos. Y la forma de hacerlo es inyectando capital en todas las entidades financieras y no solo la banca. Sus ejemplos fueron los emisores de tarjetas de crédito y financieras pero rechazó una ayuda al sector del automóvil.
Los detalles para la expansión del plan, aún se están estudiando pero ahora que en Washington no se deja de hablar de un nuevo estímulo fiscal, Paulson dijo que no puede imaginar 'nada que tenga un impacto mayor que hacer fluir de nuevo el crédito' y desestimó una ayuda a las automovilísticas.
Coincidiendo con este mensaje, ayer, la Fed, el Fondo de Garantía de Depósitos y otros reguladores bancarios emitieron una nota urgiendo a la banca a que no dejen que el péndulo llegue muy lejos y que concedan préstamos a aquellos clientes que cualifiquen y que no usen el dinero público para compensaciones.