Wall Street saluda a Obama a la espera de estímulos
La agenda del nuevo inquilino de la Casa Blanca se prevé que sea favorable a los sectores de energía alternativa, defensa, tecnología sanitaria y biotecnología.
Los fuegos artificiales se cancelaron. La ceremonia de aceptación de la victoria de Barack Obama como presidente de EE UU fue memorable y festiva, pero no triunfalista. La crisis económica y financiera, además de las dos guerras abiertas, fueron motivos más que suficientes para rebajar el tono de la fiesta. Su discurso de la victoria en Chicago avanzaba lo que venía y, en cierta medida, rebajaba las elevadas expectativas depositadas sobre su futura Administración. 'El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año, ni en un mandato', advirtió.
En los mercados, que normalmente favorecen la alternativa conservadora, la victoria de Barack Obama se ha ido descontado desde hace semanas y, de hecho, se celebró la víspera con un rally electoral como no se había visto en 25 años. Los inversores también han contado con que el Congreso no solo iba a revalidar la mayoría demócrata sino que la ampliaría. La victoria de Obama ha sido bien recibida, en parte, porque se admite que debe haber cambios. También porque el nuevo presidente es una persona calmada, que inspira confianza y se ha rodeado de un buen equipo económico que no se considera hostil. Departe periódicamente con Warren Buffett, uno de los iconos de Wall Street. Eso sí, desde el mercado se ha mirado con mucha aprensión varias líneas del programa del que será el nuevo presidente. Lo que ya se empieza a conocer como 'O-conomía' incluye una subida de impuestos a los inversores y los beneficios de empresas petroleras.
Pero estos sentimientos están algo matizados. Sobre todo, porque como dicen los analistas de Deutsche Bank, 'su agenda no sólo va a responder a su visión política sino a la mayor crisis que EE UU afronta en mucho tiempo'. Eso, calculan los economistas más cercanos a Wall Street, puede impedir una fuerte subida de impuestos. De todas maneras, el tono está cambiando. Richard Bernstein, jefe de estrategia de Merrill Lynch, afirmaba que los impuestos, 'pueden subir y objetivamente, no es necesariamente malo. La clave, ignorada por la mayoría de los analistas, es el multiplicador económico de los programas financiados con estas subidas'.
Kim Wallace, de Barclays Capital, anticipa que en cuestión de impuestos, la lista de las empresas que puedan tener que soportar una mayor carga fiscal incluye a las tabaqueras, las grandes petroleras, los hedge funds y, en general, las empresas que repatríen beneficios.
Nigel Gault, economista jefe de IHS Global Insight, señala que las implicaciones sectoriales son claras 'porque se va a favorecer el gasto del Gobierno (gana peso la posible aprobación de un segundo estímulo fiscal) en infraestructuras y energías alternativas'.
Obama ha hecho campaña sobre un programa para dinamizar la industria de la energía verde y crear a través de ella dos millones de empleos. Las empresas del sector han estado anticipando con subidas su victoria, igual que lo han hecho las de gas natural, una fuente de energía que posiblemente amplíe sus posibilidades en el sector de transportes.
El sector del llamado 'carbón limpio' y el etanol también están de enhorabuena ya que Obama buscó el apoyo popular en estados en los que esta industria es importante, como Iowa, prometiendo su apoyo.
En el campo de la sanidad, Barclays 'espera un sentimiento negativo en las áreas de las farmacéuticas y la atención sanitaria', pero la mayoría de los analistas consideran que la reforma de la sanidad -y el mayor control de costes que propone Obama en su programa- van a tener que ser retrasados dada la complicada situación económica. La temida presión en los precios para las farmacéuticas podría tardar en llegar.
El de la defensa es un sector que los demócratas no suelen relegar, pero además, con dos guerras abiertas y un ejército por recapitalizar, es difícil prever recortes. Barclays dice que los compromisos en Irak, Afganistán, y Pakistán 'dejan el mínimo de la inversión a medio plazo en el 4,3% del PIB'.
En el sector financiero se esperan muchos cambios y retos en los próximos años. Además de la difícil situación financiera, se prevé una mayor regulación y un seguimiento muy cercano a quienes hayan recibido dinero del TARP. A estos bancos se les va a poner más presión para dar un respiro a los consumidores. Es un camino por el que ya han empezado a andar Bank of America, y JPMorgan, entidad que hace una semana dijo que renegociará sus hipotecas. Obama es, además, un firme detractor de la ley de bancarrotas que tanto se ha favorecido desde la industria financiera, y quiere hacer cambios con el objetivo de beneficiar al consumidor.
Valores a vigilar en la nueva era
El programa electoral de Barack Obama augura un aumento del gasto público en sectores directamente relacionados con la economía real (Main Street) para salir de la actual crisis y apoyos a algunos sectores concretos, como el medioambiente.Viento y sol: energías alternativasSuntech Power, First Solar y Chesapeake Energy son algunas de las compañías que tienen de su parte a una administración determinada a apoyar el sector energético alternativo y el uso de más gas natural en el sector de los transportes.Automoviles: un posible respiroLas malas condiciones del mercado del motor han coincidido con uno de los peores momentos en los balances de las empresas de Detroit. Obama ha señalado que tiene intención de ampliar, aunque con condiciones, las ayudas que podrían ser un respiro para General Motors y Ford.Salud: cambian los tiemposAthenahealth, una compañía de servicios en internet para médicos, es una de las empresas que puede beneficiarse de los planes de la nueva administración de racionalizar la burocracia del sistema sanitario. Este tipo de empresas tienen ahora el viento de cara igual que lo tienen las de biotecnología como Geron y StemCells ya que Obama va a acabar con los límites a la financiación federal para la investigación de células madre.Defensa: buenas noticias para BoeingEl contrato de 35.000 millones de dólares para renovar la flota del de las Fuerzas Armadas sigue abierto. Obama siempre ha mostrado mejor disposición a adjudicarlo a una empresa americana por lo que Boeing tiene ahora una cierta ventaja sobre el consorcio formado por la europea EADS y Northrop Grumman.