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Bolsa de Nueva York

Wall Street recibe a Obama con una pérdida semanal del 4,09%

La Bolsa de Nueva York abrió la era Obama con una nueva semana de turbulencias, los pésimos indicadores macroeconómicos y la sombra de la recesión hundieron al Dow Jones un 4,09% en la semana y acumula unas pérdidas del 20% en las últimas cinco semanas.

Aunque las dos primeras jornadas del mes hicieron prever un cambio en el comportamiento de Wall Street, esto solo fue un espejismo creado por el efecto Obama. A partir del miércoles, los inversores volvieron a navegar sin rumbo al igual que en octubre y cerraron una nueva semana de pérdidas, la cuarta en las últimas cinco semanas. El Dow Jones perdió un 4,08%, el selectivo Nasdaq, donde operan las empresas de Internet cayó un 4,27% hasta los 1.647 puntos. Por su parte el Standard and Poors 500 se depreció un 3,92% y cerró la semana en 930 puntos.

Según los analistas, lo extraordinario de la semana fueron las dos primeras sesiones, relativamente tranquilas, en las que los inversores se mantuvieron a la expectativa del devenir de las elecciones a la Casa Blanca. Es difícil que los inversores se muestren confiados cuando hay tal cantidad de indicadores macroeconómicos que son negativos. Durante la semana, ninguno de los índices fue mejor de lo esperado por los analistas. El gasto mensual en construcción de viviendas fue el peor de los últimos 26 años, el dato de subsidio de empleo hasta el 25 de agosto empeoró hasta convertirse en el peor de los últimos 25 años. Y por si esto fuera poco, el paro publicado hoy, reflejó un aumento de cuatro décimas, que supone 240.000 empleo destruidos.

No es extraño que ante este panorama, Barack Obama se esté dando prisa en elegir a su equipo económico, según palabras del presidente electo de los EE UU, la economía será la prioridad en el inicio de su mandato y enfocará gran parte de las medidas a la clase media. Muchos analistas ven en el comportamiento errante de la bolsa esta semana, un mensaje claro a Obama, en relación a la necesidad de reformas económicas.

En cuanto a la jornada del viernes, los mercados se reajustaron y cerraron con ganancias, tras las dos pésimas sesiones del miércoles y del jueves en las que perdieron un 10%. Desde 1987 no se perdía tanto en Wall Street en dos jornadas consecutivas. El Dow Jones repuntó el viernes un 2,85%, el tecnológico Nasdaq un 2,41% y el S&P 500 se apuntó un 2,86%.

Las mayores pérdidas de la semana las volvieron a protagonizar los sectores más castigados de la economía norteamericana, tanto los fabricantes de automóviles como las entidades financieras vivieron una nueva semana negativa. General Motors fue la peor de la semana y se dejó un 24,57% de su valor. El gigante automovilístico anunció esta semana unas pérdidas de 2.500 millones de dólares en lo que va de año y confirmó que finalmente no se fusionará con Chrysler. Bank of America retrocedió un 15,23% y Citigroup restó un 12,67% poniendo de manifiesto la debilidad del sector financiero en la actualidad. La aeronáutica Boeing cedió un 10,87%, tras volver a retrasar la presentación de su nueva producto, el 787 Dreamliner.

En el plano positivo, tan solo cinco empresas cerraron la semana en verde. Coca Cola fue la que más subió y se apuntó un 4,97%. También se salvaron de la quema las empresas de telecomunicaciones, después de anunciar rebajas en sus tarifas de los paquetes de telefonía y video. Verizon ganó un 1,28% y su rival AT&T sumó un 0,86%.

El mercado de futuros de petróleo Texas, de referencia en EE UU, siguió con su tendencia a la baja y cayó un 2% en el global de la semana, situándose el precio del barril en los 61 dólares. El precio del crudo ha caído 85 dólares en los últimos cuatro meses, pese a los recortes de producción llevados a cabo por la OPEP.

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