Hasta la cocina en Kitchen
José Carnero comparte espacio con sus socios de la agencia de publicidad.
Sin tabiques. Todo lo que se cuece en la agencia de publicidad que tiene por nombre Kitchen permanece a la vista de todos. José Carnero, madrileño, de 36 años, uno de los socios fundadores de la compañía, comparte despacho con los otros tres. Porque el lema es 'una agencia abierta para entrar hasta la cocina'. Por tanto, sin humos ni malos rollos. 'Cuando fundamos la agencia en 2002, teníamos claro el estilo que le queríamos dar, de empresa abierta, con una relación fluida con la gente, sin nada oculto'. Para empezar, idearon un espacio sin tabiques, donde fluyera la comunicación y donde todos supieran cuáles eran sus responsabilidades'.
Sabe todo lo que ocurre en la cocina. 'Cuando estás en contacto con el día a día, evitas los problemas. Compartimos todo con otras mentes pensantes, de esta manera todo sale mejor', afirma Carnero, cuyo papel es ser el director creativo y ejecutivo de la agencia. Para tener cierta intimidad, sobre todo cuando se deben tratar temas delicados, existen salas de reunión. 'Con nuestra fórmula, la dirección no recae en una sola persona, sino que somos cuatro profesionales con diferentes puntos de vista, pero nos entendemos bien'.
Para Carnero, es importante que toda la savia fluya por la organización sin obstáculos. 'Mezclamos la gestión con la parte creativa, y estamos bastante acostumbrados a que nuestro trabajo en equipo sea de calidad'. Opina que es la mejor manera de gestionar una organización. Con consenso se eligió el espacio físico que iba a ocupar el equipo directivo. 'Queríamos un lugar agradable, funcional y sin lujos'.
Sobre los posibles roces que puedan surgir fruto de una convivencia tan estrecha, asegura que 'somos gente normal, poco al uso en este mundillo de la publicidad'. Y ahí se incluye la forma de trabajar. 'No creemos en el talento de la varita mágica, sino en el de las horas y el de los codos. La publicidad es un oficio y el talento viene por la horas de dedicación'. En Kitchen, asegura Carnero, no tienen cabida los divos, 'porque creemos que la unión hace la fuerza más que la brillantez de una única persona'. Para conseguir resultados, es necesario rodearse de un equipo 'afín a tu forma de pensar, aunque de lo que se trata es de compartir'.
José Carnero ha dedicado toda su carrera profesional al sector de la publicidad. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas y comenzó su trayectoria en Contrapunto. Más tarde entró en Asociados, hoy en día Zamorano y Asociados. De allí da el salto a Tapsa, donde fue nombrado director creativo, trabajando para cuentas como Carlsberg, Amena, Iberia, El Mundo, Balay, TVE, Halcón Viajes o Unicef. En 2002 decide fundar Kitchen junto con Araceli Iranzo y Juan Lasalle. En la actualidad, la agencia cuenta con clientes como Fnac, Findus, Ono, Kia, Balay, Icex, Cuatro y Mutua Madrileña Masters Madrid, entre otros. Carnero se dedica a esta profesión 'porque cada día aprendo algo nuevo, no repito experiencias y trabajo en situaciones cambiantes'. Se siente vivo cada día y no le cuesta nada ir a trabajar. 'Me divierto con lo que hago. Los empresarios tenemos que estar constantemente innovando, haciendo cosas nuevas. La cuenta de resultados es también creatividad, no es un arte ni hay que ponerlo en un museo'.
Le dedica a Kitchen muchas horas, pero 'estrictamente las necesarias, porque decidimos que nuestro estilo de gestión nos tendría que permitir combinar nuestros asuntos personales con los profesionales'. Eso sí, los fines de semana son sagrados. 'En la oficina no hay ni un minuto libre, tenemos una intensidad y dedicación muy fuerte, pero el trabajo muy pocas veces se lleva a casa'.
Cree que la crisis económica supone una oportunidad para la agencia. 'Por nuestro perfil, ofrecemos una forma muy fluida y cercana de trabajar. Siempre tenemos una silla preparada para nuestros anunciantes para que vean cómo trabajamos. Ofrecemos soluciones que no pueden dar otras organizaciones que tienen estructuras más clásicas'. La receta que aplican siempre es el sentido común. 'Se pueden hacer las cosas siempre de manera diferente'. Y en ello están.
Un marco de fotos universal
Dice que no es ordenado, pero se obligan, al compartir espacio, los unos a los otros a serlo. 'Es la mejor manera de que no tengamos caos, eso nos obliga a tener una metodología de trabajo'. La habitación, como el resto de la oficina, es de color blanco, sin esquinas ni recodos. Trabajan rodeados de libros y de revistas del sector. 'Nos gusta el mundo diáfano, la sencillez, el trato personal, y eso es lo que tratamos de comunicar con nuestra imagen'.Si tiene que rescatar un objeto personal, no lo duda: el marco de fotos más universal que existe, la pantalla del ordenador, donde tiene y va rotando la fotografía de sus dos hijos.También le gusta tener cerca los cómics que dibuja su socio Juan, y una pequeña escultura de la diosa hindú Shiva, 'que me transmite mucha energía'. José Carnero habla de forma reposada, con calma, si tiene estrés no se le nota. 'No nos gusta la confrontación ni el mal ambiente. Por eso montamos nuestra propia agencia de publicidad, para tener un lugar agradable donde trabajar'. Le encanta viajar, 'aunque sean trayectos cortos, sobre todo al campo'. Y leer cómics. 'Me encanta disfrutar de las pequeñas cosas'.