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Elecciones EE UU 2008

Un EE UU en crisis espera al nuevo presidente

Con un déficit creciente, el inquilino de la Casa Blanca tendrá una de las legislaturas más difíciles de la historia.

Un EE UU en crisis espera al nuevo presidente
Un EE UU en crisis espera al nuevo presidenteREUTERS

Largas colas y un voto anticipado mucho más elevado que en otras elecciones hacía presagiar ayer, al cierre de esta edición, una alta participación en las elecciones a la presidencia y renovación del Congreso de EE UU. Se esperaba que unos 144 millones de electores depositaran su voto, unos 20 millones más que en 2004. El candidato favorito, el demócrata Barack Obama, tenía a su favor unas encuestas que mostraban una sólida ventaja, algo que hacía anticipar su victoria incluso entre los republicanos que apoyaban a John McCain. La ilusión de los votantes en estas elecciones históricas no ha hecho más que crecer, casi en la misma proporción que lo han hecho los problemas que se encontrará el próximo inquilino de la Casa Blanca.

En julio, Bill Gross, el gestor de Pimco, el mayor fondo de renta fija del mundo, escribía una carta pública al próximo presidente que encabezaba diciendo 'querido presidente Obama' para luego preguntarse cómo era posible que alguien quisiera ser presidente en 2009. El nuevo presidente tiene por delante retos que Gross no pudo anticipar lo que hace su tarea más complicada de lo que se esperaba entonces.

El sustituto de George W. Bush tiene por delante a un país que va a vivir la recesión más larga en décadas. Los ciudadanos fueron ayer a votar con esta preocupación en la cabeza. Los retos de la Casa Blanca conforma una larga lista.

El sentimiento de retroceso está instalado en el país desde hace meses, a pesar de que técnicamente la recesión no haya llegado, y varios estados hace ya trimestres que no levantan cabeza. La zona cero de esta crisis es el fin de la liquidez que llegó con los tipos bajos y que disparó un sector de la vivienda que ahora no encuentra el suelo de una crisis que tiene una profunda onda expansiva. Solucionar los problemas del sector, poniendo fin a la marea de embargos, es una de las prioridades de la nueva administración.

El paro está en el 6,1% pero el viernes se espera conocer el dato de octubre que se estima que llegue al 6,3% para seguir escalando, posiblemente, hasta el 8%. Los últimos datos del PIB revelan una seria caída del gasto de los consumidores. Quienes fueron el motor de la economía en las últimas décadas, incluida la recesión de 2001, están ahora contenidos.

Los índices que miden la producción industrial no hacen más que caer, y el sector en el que más optimismo se depositaba, el comercio exterior, está empezando a sentir el pinchazo del resto de las economías.

En concreto, la industria automovilística sufre el peor momento tras la II Guerra Mundial y empresas como General Motors vendieron el mes pasado la mitad de los coches que suelen matricular. Detroit está en una dolorosa reconversión y no se dejan demandar ayudas de Estado.

La confianza de los consumidores se ha desplomado a niveles históricos y en la misma medida que lo ha hecho su capacidad adquisitiva, muy afectada por el paro y la inestable situación de muchas empresas, la caída de los precios de las viviendas (por debajo del valor de las hipotecas) y la falta de crédito. El escenario de deflación empieza a aparecer en los informes de los economistas.

Obama quiere un segundo estímulo fiscal. McCain no ha hablado de ello pero uno de los economistas de su campaña, Martin Feldstein (asesor de Ronald Reagan) cree que es indispensable.

Todos estos problemas, que se consideran de Main Street (la gente de la calle) están unidos a los de Wall Street. Los analistas esperan que al menos el gabinete económico esté nombrado en apenas días y se sepa qué esperar del nuevo Gobierno y qué papel va a jugar en la economía además de cómo va a a articular la nueva regulación financiera

La normalidad en el mercado del crédito está lejos de haberse conseguido aunque las recetas puestas en marcha por la Reserva Federal y el Tesoro (el TARP o Plan Paulson) están conteniendo el problema y en cierta medida se nota una lenta mejoría. El informe de crédito que hizo público la Fed ayer mostraba como los bancos siguen dificultando el acceso al crédito a sus clientes.

El TARP, es un proyecto abierto, en plena evolución. El próximo Tesoro tiene que decidir cómo invertir 400.000 de los 700.000 millones con los que está dotado. A las puertas del Tesoro no dejan de llegar empresas que no son sólo financieras pidiendo más capital. El Estado se ha convertido en accionista de la banca y podría terminar siéndolo de aseguradoras y otras compañías.

Todos los planes para mantener a flote Wall Street y Main Street, son caros. El Tesoro espera que el año que viene se emitan 2 billones de dólares de deuda. En el último trimestre la Administración tomará prestado más de medio billón de dólares. Si estas cuentas dan vértigo, la situación presupuestaria no es mucho mejor. El déficit se ha profundizado con la crisis y este año ha superado los 450.000 millones de dólares. En las previsiones de la Oficina Presupuestaria del Congreso no se incluyen superávits en 10 años que es cuando los gastos sociales derivados de la jubilación de los baby boom, comiencen a subir. La crisis y las dos guerras que lucha el país (Irak y Afganistán) se han encargado de profundizar en el déficit.

Todo ello va a complicar la promesa de recortes de impuestos de los candidatos y peor aún, la reforma de un deficiente sistema sanitario que deja a casi 45 millones de americanos sin atención y cuyo encarecimiento pone a la clase empresarial y a la media contra las cuerdas. La reforma sanitaria es otro asunto en la agenda de los votantes y uno de los que más dolor de cabeza dará al nuevo presidente.

æoelig;Resultados electorales en la web

Secretaría del Tesoro. Una tarea que requiere de rápida transición

Durante la campaña se decía que más que los vicepresidentes, quienes tenían que debatir eran los candidatos al Tesoro. Es un puesto clave que tiene ahora la responsabilidad de gestionar el TARP, o Plan Paulson para el rescate de este sector.Se espera que el ganador nombre inmediatamente a la persona que va a reemplazar a Henry Paulson.Las quinielas sobre quien se pondrá al frente de este crítico departamento no han dejado de circular por Wall Street. Varios nombres suenan con fuerza en el campo demócrata: Tim Gheitner, presidente de la Fed de Nueva York, Paul Volcker, ex presidente de la Fed y Larry Summers o Robert Rubin, quienes tuvieron esta responsabilidad con Bill Clinton.El republicano McCain preferiría a John Thain, de Merrill Lynch o a Meg Whitman, ex consejera delegada de Ebay.

Tribunal supremo. Equilibrio en el poder más influyente

El mayor triunfo de la Administración Bush ha sido el Tribunal Supremo. Gracias a los varios presidentes republicanos, esta institución, la más influyente a largo plazo pues las nominaciones son de por vida, ha ido con los años haciéndose más conservadora y el nombramiento de un presidente de 53 años, John Roberts, (además de otro de los jueces, Samuel Alito) va a dejar el sello de Bush durante muchas décadas.El nuevo presidente tendrá una oportunidad histórica, aunque de menor calado que Bush. Tres de los nueve jueces que componen este Alto Tribunal, Paul Stevens (de 88 años), Ruth Bader Ginsburg (75 años) y David Souter (69), podrían dimitir en los próximo años. Se les considera los más liberales de los nueve. Reequilibrar el poder de este Tribunal o reforzar su conservadurismo tendrá un impacto de largo recorrido.

Política internacional. Reconstruir los lazos allende las fronteras

Las relaciones exteriores tienen varios frentes abiertos para el nuevo presidente. En términos generales, el gran reto es enmendar unas relaciones tirantes con una serie de países. La elección entre unilateralidad y multilateralidad es uno de los dilemas de estado abiertos.Los otros frentes están en las guerras en Irak y Afganistán, que están drenando presupuestos. Obama quiere la retirada de tropas en Irak y un refuerzo en Afganistán. McCain quiere asegurar Irak antes de replegar, y no tiene fecha. En China, hay cuestiones económicas pendientes, una de las más urgentes es en materia de divisas y la libre flotación del yuan.Con el resto del mundo EE UU tiene pendiente la reforma del sistema financiero y la cita en Dinamarca para la negociación del segundo protocolo de lucha contra el cambio climático (la revisión de Kioto).

Renovación en el Congreso. Un poder legislativo monocolor para la nueva Washington

La renovación llega al Congreso de EE UU después de dos años de mayoría demócrata y en las previsiones de todos los analistas se descuenta desde hace semanas que este partido no solo revalide su posición sino que la aumente.La Cámara de Representantes, de donde salen las iniciativas legislativas de carácter económico, renueva sus 435 escaños y se espera que los demócratas ganen entre 25 y 30 más que hace dos años, que fue la última vez que se votó. En el Senado, la cámara más crítica, hay entre seis y nueve escaños que si caen del lado de los demócratas, como se espera, pueden dar a este partido una mayoría absoluta sobre el partido republicano.Esta circunstancia es clave porque las propuestas legislativas irán mucho más deprisa y el Congreso recuperará una agilidad que no ha tenido en los últimos años. En la agenda de las cámaras no sólo está parte de la renovación legislativa del sistema financiero sino también la llave para el segundo tramo de la financiación del TARP, o Plan Paulson, y para que el presidente pueda o no poner en marcha su ambiciosa agenda.

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