A la espera de un estímulo, Wall Street mira de reojo a las urnas
Los inversores no han visto en los programas una solución a la crisis.
En circunstancias normales se presta muchísima atención a las elecciones', explicaba ayer el analista jefe de IHS Global Insight Nigel Gault. Pero éstas no son circunstancias normales, admite este economista.
Este año los mercados están pendientes porque a partir de mañana se elimina una incógnita y eso trae cierta calma. 'Siempre es un plus', decía ayer José Manuel Pazos, de IGF, quien explicaba que hay ganas de que 'se aporten elementos de medio y largo plazo'. No obstante, Wall Street está mirando casi de reojo a los resultados de las elecciones que hoy se disputan en EE UU por varios motivos. El principal es la gravedad de la crisis de crédito y su impacto en la economía, al tiempo que, 'los candidatos no han puesto mucho énfasis en qué van a hacer para resolver esta crisis. El que gane tendrá que decidirlo', explica Gault.
De momento, sólo el demócrata, Barack Obama, ha hablado de un segundo plan de estímulo fiscal. Los demócratas en el Congreso tienen ya el borrador de uno que centra buena parte de su actuación en un empuje a las obras públicas, algo que puede beneficiar a los títulos de las empresas de construcción e infraestructuras. El republicano John McCain no ha hablado de un segundo estímulo y además aboga por una intervención menor del estado en la economía. Su candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, recordaba el domingo el gran axioma republicano de que 'el gobierno no es la solución sino el problema'.
Con todo, Wall Street anticipa una victoria de Obama, el favorito en las encuestas. Ayer, el demócrata seguía liderando los muestreos nacionales y, más aún, registraba ventajas en estados como Montana, Carolina Del Norte, Nevada o Colorado, donde hace años que los votantes no se inclinan por un demócrata. Se espera que gracias a este cambio en el mapa electoral, el demócrata sobrepase los 270 votos electorales que necesita para ser el próximo presidente de EE UU.
Con lo que también cuenta Wall Street es con una cierta dirección de forma inmediata. No va a haber periodo de gracia. Se espera que de forma inmediata el ganador siente las bases de su política con respecto a la crisis del crédito, especialmente el futuro del rescate de la banca y, al menos de pistas sobre qué tipo de secretario del Tesoro lo dirigirá.
A pesar de que a corto plazo la Bolsa reacciona mejor ante la elección de un republicano (que tienden a ser más receptivos ante la clase empresarial e inversora), desde hace días se oye hablar de la de un posible Obama rally.
John Hardy, estratega de Saxo Bank explicaba que sería, 'un rally de esperanza si la confianza se recupera con la salida del presidente más impopular de EE UU. Hay una posibilidad de que el mercado se despierte y lo considere algo positivo'. Hardy estima, no obstante que 'es posible que dure un par de semanas y después el mercado se vuelva a fijar en la delicada situación económica'. Eso sí, añade que 'si la confianza aumenta bastante, igual dura hasta la primavera'.
Alicia Jiménez, directora de análisis de Self Trade afirma que 'si gana McCain puede ser una sorpresa negativa'. Gault tenía sus dudas y señalaba que un resultado sorprendente como este es posible que no estuviera seguido de una reacción fuerte. 'Hay dos motivos, el primero es que pase lo que pase y tal y como están las cosas es poco probable que no haya una subida de impuestos gane quien gane, y el segundo es que el Congreso va a tener una clara mayoría demócrata y eso restringirá mucho el poder de un presidente republicano'. Los inversores están prestando tanta o más atención a la posibilidad de que las mayorías demócratas se refuercen en las cámara, como anticipan ahora las encuestas.
Quizá un alto en el camino para el dólar
El dólar ha sido uno de los claros beneficiados del entorno de inestabilidad actual y está por ver si el resultado de las elecciones en EE UU logra frenar su trayectoria alcista.'Si la confianza se recupera con la salida de una de los peores administraciones de EE UU el dólar debería recortar posiciones a pesar de que a medio plazo su fortaleza se verá marcada por las expectativas de tipos y la aversión al riesgo', dice John Hardy, de Saxo. Si las Bolsas recuperan los expertos esperan que el dólar ajuste a la baja aunque mantenga la tendencia alcista. Desde los mínimos de verano gana el 21% frente al euro. Cotiza en el entorno de 1,27 unidades.
Atención a la lectura del termómetro de la deuda
La lectura del resultado electoral la veremos más en la evolución de los tipos a largo. Cuánto más suban las rentabilidades más desconfianza generará el aumento del gasto público que deberá acometer el nuevo presidente', explica José Manuel Pazos, de IGF.Conocer las medidas fiscales que se adoptará es una de las claves y si la situación lo requiere el próximo presidente quizá se vea obligado a sobrepasar la ortodoxia y alcanzar un déficit público elevado. El mercado se encargará de decir si le parece demasiado o no. Pocos dudan, por tanto, ver unos tipos a largo excesivamente bajos dadas las necesidades de financiación que se avecinan.
Curiosidades
1. Al mercado le van bien las elecciones. Desde 1900 el S&P 500 ha subido un 9,5% de media en año electoral.2. El cambio de gobierno sienta peor. Cuando esto ha ocurrido desde 1900 el S&P 500 sólo ha subido de media un 5,2%. Cuando no hay cambio ha ganado más que la media, un 12,7%.3. Un presidente demócrata y un Congreso republicano es la mejor combinación para Wall Street, con ella desde 1829 ha subido de media un 17%. La combinación más probable, presidente demócrata y Congreso demócrata es la menos favorable. De media la Bolsa ha subido el 8%.4. El mercado ya descuenta un victoria demócrata. Una sorpresa sería mal recibida.