El atasco judicial dificulta los concursos de acreedores
Los auditores reclaman más agilidad en los procesos.
El atasco que sufren los juzgados de lo mercantil reduce las posibilidades de supervivencia de aquellas empresas que se acogen a la Ley Concursal, que desde 2004 sustituye la figura de la suspensión de pagos. Compañías como KPMG o PricewaterhouseCoopers indican que el tortuoso proceso judicial agrava aún más la situación financiera de las sociedades que presentan concurso de acreedores con la esperanza de sortear la liquidación y mantenerse a flote.
Aun así, la crisis económica provoca que muchas compañías no tengan otra solución que iniciar el proceso concursal ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas y, según indican censores, auditores y sindicatos, ello está colapsando los juzgados.
'Es como un herido que acude a urgencias y tiene que esperar tanto que al final se desangra', ilustra el presidente del Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña, Albert Folia. Gonzalo Aranzábal, socio de la práctica Concursal de KPMG agrega que 'el colapso dificulta seriamente las posibilidades de supervivencia de las empresas concursadas que traten de llegar a un convenio con los acreedores y no a su liquidación definitiva'.
Fuentes de UGT así como los auditores, aseguran que los juzgados de lo mercantil precisan de más medios para hacer frente a la avalancha de concursos. En el segundo trimestre alcanzaron los 631 concursos, un 172% más que en el mismo periodo del año anterior.
Si bien Barcelona es el juzgado que más sufre esta situación, UGT asegura que es común en todas las plazas judiciales. 'Ahora mismo, en Ávila, Albacete o Huesca también están desbordados'. A pesar de que el sindicato reconoce que ello puede deberse a una situación coyuntural, auguran que el colapso irá a más.
Enrique Bujidos, socio de la Unidad Concursal de PricewaterhouseCoopers, explica que la Ley Concursal aprobada en 2004 supone un buen mecanismo para liquidar ordenadamente una empresa pero que resulta poco útil para las compañías que tengan intención de salir a flote y remontar.
Esa es, en su opinión, una de las principales diferencias con otros países como el Reino Unido o Alemania, donde los procesos concursales son mucho más habituales y están menos estigmatizados. 'Aquí, cuando una empresa entra a concurso, los clientes huyen', asevera. Lo que lleva a que las sociedades intenten solucionar sus problemas de financiación por otras vías. Bujidos argumenta que sólo aconseja a una empresa acudir a la Ley Concursal cuando goza de clientes cautivos, es decir, que no pueden cambiar de proveedor.
'En España sigue existiendo el temor a que se repitan las formas y maneras del pasado, donde lo habitual era vaciar las compañías antes de quebrar y el concurso se convertía en el paso previo a la liquidación', señalan desde Pricewaterhouse. La compañía augura que a finales de año se habrán registrado en los juzgados de lo mercantil alrededor de 2.500 concursos, un 150% más que el año anterior.
Desde que una empresa presenta un concurso hasta que finaliza la fase común, es decir, hasta que los auditores concursales emiten el informe sobre la situación real de esa empresa, pueden pasar unos dos años. Ellos es así por la complejidad de los procesos concursales donde un mismo juez debe celebrar muchos juicios antes de conocer la situación real de una empresa.
Cuatro nuevas salas en Barcelona y Madrid
El Gobierno es consciente de que el incremento de concurso de acreedores está dificultando la tarea judicial. Recientemente, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, reconoció que la situación económica implica un aumento de la 'litigiosidad' en los juzgados de lo mercantil.El ministro, en una carta al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, propuso la 'creación inmediata de un grupo de trabajo que analice en profundidad todas las circunstancias que afectan a este tipo de juzgados'.A finales de este año, está previsto que entren en funcionamiento dos nuevos juzgados de lo mercantil en Barcelona y Madrid. Aun así, Antonio Bujidos, socio de Pricewaterhouse, se lamenta que el ritmo de procesos concursales es mucho mayor que el de creación de nuevos juzgados.