El poder de España ante la reforma de la PAC
El catastrofismo con que a veces se hace referencia al sector agroalimentario español no se sustenta en datos reales, sostiene el autor, que reivindica el mantenimiento de una Política Agrícola Común (PAC) fuerte en el seno de la UE. En su opinión, España debe ser uno de los principales valedores de esta política
Cuando algunos portavoces se refieren a la agricultura o a los agricultores, siempre lo hacen en clave de catástrofe. 'Todo va mal'; 'esto es una ruina'; 'pobres agricultores y ganaderos'.
Yo no digo que todo vaya a pedir de boca, pero sí afirmo, y lo hago con orgullo, que España tiene un sector agroalimentario que es para presumir y además que su trayectoria en los últimos años no ha sido de decadencia sino todo lo contrario.
Tenemos una producción agraria que ha alcanzado en 2007 un valor de 40.204 millones de euros, cifra a la que hay que sumar 5.561 millones de euros procedentes de las ayudas no acopladas. En definitiva, más de 45.550 millones de euros, que son muchos y que suponen un incremento del 7% respecto al año anterior. El Gobierno se había planteado el objetivo de alcanzar los 50.000 millones de euros de valor de la producción en 2013, pero con los datos últimos la cifra objetivo se ha incrementado hasta 60.000 millones de euros, con una tasa de crecimiento anual acumulativo del 5,9%. Es un objetivo alcanzable si mantenemos la senda de crecimiento de los últimos años.
Si nos referimos a la renta agraria, también hay que saludar su incremento del 9,7% en términos corrientes, hasta alcanzar la cifra de 25.030 millones de euros.
Es evidente que si los agricultores y ganaderos españoles producen cada año más y además producen alimentos de más calidad será porque están encontrando algún beneficio del trabajo en sus explotaciones y/o sus industrias o cooperativas. Por ello creo que no hay que hacer tanto catastrofismo y que digamos que esta noble actividad de la agricultura, en España, está siendo rentable y de esta forma quizás podamos convencer a los jóvenes de que pueden dedicar su futuro a este sector.
Son muchos los datos favorables pero uno de los que mejor demuestran esta evolución es el referido al comercio exterior, que ya alcanza un saldo comercial positivo de 3.500 millones de euros.
De entre los distintos productos destaca el comportamiento del aceite de oliva, el vino, las frutas y hortalizas y el sector porcino. El valor de la producción de frutas y hortalizas alcanza ya la cifra de 15.000 millones de euros y se exporta el 40% de la producción, por valor de 8.000 millones de euros.
El porcino también ha incrementado sus producciones hasta alcanzar la cifra de 4.718 millones de euros y ahora es también un sector netamente exportador de carne y productos cárnicos.
El sector del aceite de oliva no para de crecer, en superficie, 2,5 millones de hectáreas, y en producción, 2.479 millones de euros. Producimos el 50% del aceite de oliva de la UE y el 39% del mundo y nuestras exportaciones alcanzan ya el 40% del total. En el vino también se ha producido una evolución positiva en cuanto a la producción y elaboración de vinos de calidad y aquí también la exportación se está consolidando.
Cuando algunos lean este artículo seguro que me dicen: ¿y qué pasa con el ovino y caprino de carne?, o con algún otro sector que puntualmente esté mal. Pues evidentemente les digo que eso es verdad y algo habrá que hacer para protegerlos, pero la situación de un subsector no empaña un comportamiento muy positivo del conjunto.
En toda Europa nos miran con sana envidia y analizan el milagro español qué está sustituyendo en capacidad de producción y exportación a otros países europeos. Yo creo que no es bueno tanto lamento, entre otras cosa porque no se sustenta en datos reales.
Si la producción va bien, lo mismo podemos decir de la industria agroalimentaria, que ya alcanza una cifra de 78.164 millones de euros de ventas netas, que suponen el 14.07% de todas las ventas industriales y con un empleo directo de 487.555 personas y con una tasa de cobertura de comercio exterior 18 puntos superior a la media española.
Si a todos estos datos le agregamos que el sector agroalimentario desarrolla toda su actividad sobre un medio rural en peligro de despoblamiento, nos daremos cuenta de que están justificados todos los apoyos que la política agraria tiene y que deberá mantener en el futuro.
Por ello, reivindicamos el mantenimiento de una PAC fuerte, como política común en el seno de la Unión Europea. Habrá que realizar ajustes en la misma y en ello están los ministros de Agricultura de la Unión con el denominado chequeo médico de la PAC, pero los que proponen eliminar estás políticas agrarias o los que hacen catastrofismo con la agricultura no juegan a favor de los intereses de nuestro país.
España debe ser uno de los principales valedores de la PAC y actuar en el ámbito europeo con la fuerza e interés que el sector se merece.
Alejandro Alonso Núñez. Diputado por Toledo y portavoz de Agricultura del Grupo Parlamentario Socialista