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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Primeros frutos de los rescates

El mercado interbancario, donde las entidades financieras se prestan dinero unas a otras, empieza a dar síntomas de recuperación. El precio al que están dispuestos a prestarse se ha reducido considerablemente desde que la UE aprobase las medidas de salvaguardia para el sector, aunque sigan prefiriendo la seguridad de los plazos cortos al riesgo de los más dilatados. Así, el euríbor a 12 meses, que se utiliza como referente en la contratación de hipotecas en España, ha caído 36 puntos básicos en siete jornadas consecutivas, hasta el 5,14, el nivel más bajo desde junio. Más espectacular ha sido el mercado de Londres: el líbor a tres meses en dólares, indicador más utilizado en la financiación empresarial en Europa, ha descendido 76 puntos básicos en seis días, la mitad de ellos ayer. Aunque mucho más alentador que la bajada del precio es el aumento de las transacciones, pues los préstamos a corto plazo -menos de un mes- empiezan ya a mover dinero, según los intermediarios.

Son sin duda noticias suficientemente esperanzadoras para afirmar que las medidas orquestadas por los Gobiernos europeos y de EE UU y los bancos centrales de las principales economías están surtiendo su efecto para recomponer la confianza en los mercados financieros. Quizá estemos ante el final del principio de una de las mayores crisis de la historia reciente, pero sabiendo que lo ocurrido es sólo una esperanzadora pista que sólo se consolidará cuando los bancos atiendan todas las demandas de financiación, aunque sea con primas de riesgos más elevadas que las actuales.

Dos recientes colocaciones de deuda corporativa, las primeras desde que el pasado 11 de septiembre se anunciase la quiebra de Lehman Brothers, se han cerrado con éxito, aunque hayan tenido que pagar el sobreprecio de 200 puntos básicos sobre el tipo secundario de la deuda soberana a diez años. Lloyds y GDF Suez han sido las encargadas de abrir una brecha que sin duda utilizarán otros. En España, Urbis o Acciona han refinanciado su deuda, en lo que es otro síntoma de normalización, aunque las condiciones no son, ni de lejos, las que contrataron cuando compraron los activos. La apertura de las fuentes de financiación a las empresas, por pequeña que sea, es sin duda el mejor de los regalos para muchas empresas que se encuentran con necesidades financieras.

Los bancos deben acelerar la limpieza de sus balances, porque cuando antes lo hagan antes aflorará la confianza y se recompondrá el mercado. Si se demora, cada vez más activos se depreciarán, y más prolongado y caro será el saneamiento. Sólo entonces los bancos estarán en disposición de prestarse entre ellos y de atender la demanda de liquidez de las familias y las empresas a precios razonables.

Cuando se alcance tal punto, habrá empezado la recuperación económica, aunque para ello los agentes privados deben contar con la colaboración de autoridades monetarias y fiscales. Ben Bernanke sugirió ayer que EE UU debe aprobar un segundo paquete fiscal de incentivos y el ministro de Economía inglés, Alistair Darling, anunció el domingo ayudas a las familias para pagar sus hipotecas. Pero antes los tipos de interés, aprovechando que la inflación está entrando en razón, deben ponerse en niveles más atractivos.

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