"La FIA cree que los costes de la Fórmula Uno son insostenibles", declaró un portavoz de la entidad. "Incluso antes de los actuales problemas financieros mundiales, los equipos estaban gastando mucho más que sus ingresos", explicó.
El organismo, con sede en París, dijo que el deporte debería de tener equipos que corrieran de forma competitiva con un presupuesto cercano a los ingresos recibidos del titular de los derechos comerciales.
"Como consecuencia de ello, los equipos independientes dependen ahora de la buena voluntad de particulares ricos, mientras que los equipos de los constructores dependen de enormes asignaciones de sus compañías matrices", añadió.
"Ahora hay un verdadero peligro de que en algunos casos estas subvenciones cesen. Esto podría llevar a una reducción del número de competidores, que se sumarían a las dos vacantes de equipos que ya tenemos", agregó la FIA.
La escudería Super Aguri, respaldada por Honda, se retiró del campeonato tras el Gran Premio de España en abril, en tanto que se ha aplazado la creación prevista de un equipo Prodrive.
El ex campeón Williams, que tuvo unas pérdidas de 21,4 millones de libras (27,4 millones de euros) el año pasado y está patrocinado por el banco británico rescatado RBS y compañías propiedad de la firma islandesa Baugur, con problemas por la crisis, es ahora el único equipo no financiado por un constructor o un multimillonario.
Sin embargo, el futuro de incluso algunos de los equipos de constructores ha empezado a parecer incierto ante un telón de fondo de despidos en fábricas, drásticas caídas en los precios de las acciones y ventas cada vez más pequeñas.
Algunos equipos, como Toyota, tienen presupuestos anuales cuyos excesos están estimados en 400 millones de euros. La FIA se reunirá con la Asociación de Equipos de Fórmula Uno (FOTA, por su sigla en inglés) tras el Gran Premio de China del domingo.