Intercontinental mira al gran lujo para afrontar la caída de la ocupación
'En tiempo de crisis, conviene reinventarse o morir', dice el director del hotel Intercontinental de Madrid, Christophe Laure. El directivo, que ha tomado recientemente las riendas del establecimiento, ha decidido convertir algunas de las habitaciones estándar en grandes suites para atraer el turismo más caro, el de gran lujo. Así inaugurará cinco habitaciones (cuatro presidenciales y una real), cuyos precios oscilarán entre los 3.500 euros y los 7.000 euros.
Laure comenta que en estos momentos está notando algunos síntomas de la crisis, ya que cayeron los ingresos del hotel hasta un 10% en septiembre. Sin embargo, insiste en que el balance global del ejercicio no será negativo por los buenos resultados del primer semestre.
Con este cambio, el Intercontinental situado en el Paseo de la Castellana no sólo podrá acoger eventos y en recibir reuniones de empresas sino que, además, recibirá todo tipo de demandas actos oficiales y de encuentros de moda y cine. 'Se trata de desarrollar el mercado de gran lujo y dar respuesta a las necesidades de los clientes', añade Laure.
Para este proyecto, la cadena desembolsará 1,6 millones de euros. Es la inversión más cuantiosa desde el año 2002, cuando el hotel fue sometido a una reforma total que requirió 35 millones.
El establecimiento, que compite en la capital con hoteles como el Villamagna (que abrirá pronto), el Urban o el Palace, recoge el 75% de su facturación del negocio de eventos o encuentros empresariales. El 35% restante proviene de los turistas que visitan Madrid. Pese a la competencia cada vez más feroz del mercado, el responsable del hotel asegura que no recurrirá a la bajada de tarifas. 'Somos una cadena de gran lujo y mantendremos la política de precios y calidad', comenta.
El hotel fue adquirido hace unos años por la entidad inmobiliaria de Morgan Stanley. La estadounidense pagó unos 140 millones de euros. Sin embargo, su gestión permanece en manos de Intercontinental, que no descarta entrar en las principales ciudades de España, es el caso de Barcelona.