Los fondos logran bloquear la opa de Telefónica sobre su filial chilena CTC
Telefónica tendrá que buscar un plan B para comprar su filial chilena porque el que tenía ha chocado de lleno contra los fondos de pensiones accionistas de CTC.
Se esperaba un acuerdo de último momento o que una ligera subida del precio de la opa cambiara el signo de la votación, pero los fondos de pensiones se han convertido en un muro de hormigón para la opa de Telefónica sobre el capital que no posee de su filial chilena CTC.
La junta de accionistas celebrada ayer era decisiva para que la compra siguiera adelante. Los estatutos de CTC impiden que un único accionista posea más del 45% del capital, así que había que modificarlos para que Telefónica pudiera superar esa cota. Pero para ello necesitaba el 75% de respaldo y no lo consiguió.
Los fondos de pensiones, dueños del 21,6% de la filial chilena, emprendieron una campaña para boicotear la opa si Telefónica no subía el precio. Anunciaron que votarían en contra del cambio de estatutos y se sentaron a negociar, siempre de forma no oficial, con la operadora en busca de mejoras. Pedían demasiado, según fuentes conocedoras de la situación, y los acercamientos de Telefónica no les convencieron.
Al final, sólo el 55,69% del capital de CTC votó a favor del cambio de estatutos, así que a los fondos de pensiones se sumaron otros muchos accionistas en contra de Telefónica.
La situación, por tanto, es que ningún socio puede superar el 45% en la operadora chilena, lo que deja en nada la intención de Telefónica de comprar el 55,1% que todavía no está en sus manos por 703 millones de euros.
La prima ofrecida a los accionistas era del 25% sobre el precio previo al lanzamiento y del 30% sobre la media de los últimos tres meses. Pero no ha sido suficiente para unos inversores muy conscientes de que CTC cotiza al mínimo de muchos años y que Telefónica había esperado al momento perfecto para comprar lo más barato posible. 'Era una oferta generosa, en línea con lo que la compañía vale en el mercado, según todos los analistas', aseguraba ayer tras la junta Emilio Gilolmo, presidente de CTC, en declaraciones a Bloomberg.
El rechazo al cambio de estatutos es una mala noticia para Telefónica, que lleva ocho años esperando el momento para hacerse con la mayoría del capital de su filial chilena. Lo ha hecho con el resto de las operadoras latinoamericanas, lo que le ha permitido gestionar estas compañías sin temor a los minoritarios.
En Chile no se pudo hacer hace ocho años y ahora tampoco será. Y eso impedirá a Telefónica avanzar en el país hacia la completa integración entre los negocios de fijo, en manos de CTC, y móvil, que opera otra compañía propiedad de Telefónica, en busca de mejores ofertas y de una mayor eficiencia, como ha hecho en el resto de las operadoras latinoamericanas.
La repercusión financiera, en cambio, será muy limitada. Telefónica se ahorra 700 millones y a cambio no pierde ingresos de CTC porque ya la consolidaba totalmente.
Telecom Italia rebaja la expectativa de la llegada de un socio de forma inminente
Ha habido acercamientos, contactos e interés, pero no hay ninguna oferta encima de la mesa y es muy posible que no se produzcan a corto plazo. El director general de Finanzas de Telecom Italia ha confirmado lo que ya se sabía, que fondos soberanos están estudiando entrar en el capital, pero ha rebajado las expectativas de que haya noticias pronto al respecto.Lo ha hecho desde Tokio, en una entrevista a Bloomberg. 'En este momento, es difícil pensar que vaya a haber ofertas concretas pronto', aseguró.Este comentario volvió a sembrar el pesimismo sobre Telecom Italia -en la que participa Telefónica con un 7%-, que cayó otro 2,39%, acumula una bajada del 56% en lo que va de año y cotiza al menor nivel en once años. Los accionistas confiaban en la llegada de un nuevo socio al capital que inyectara fondos en la compañía, pero ahora parece que habrá que esperar. Y eso, a pesar de que Telecom Italia asegura que tiene liquidez para pagar los 4.000 millones de deuda que vencen el año que vienen y que no tiene necesidad de financiarse a cualquier precio.