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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Europa se afana en dar tranquilidad

España fue pionera ayer en la aprobación de un fondo, anunciado por el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para contribuir a devolver al mercado la liquidez de la que ahora carece. A tal fin, el Tesoro emitirá deuda por 30.000 millones de euros -ampliables a 50.000 millones- que destinará a comprar activos de buena calidad a las entidades españolas que no pueden financiarse por las vías clásicas.

Está por aclarar su funcionamiento y su suficiencia puede generar dudas. Sin embargo, es un mensaje de tranquilidad para el sistema. Muchas entidades españolas están siendo castigadas en los mercados internacionales por su fuerte exposición al sector inmobiliario. Es un castigo injusto en su conjunto, pues la calidad de las hipotecas españolas está a años luz por delante de las estadounidenses o de las británicas. Pero el Gobierno ha optado por pasar a la acción y valerse de su solidez financiera para obtener directamente los capitales que están vedados a muchas entidades españolas, especialmente las pequeñas y medianas empresas. Puede que el Ejecutivo pretenda dar sólo un golpe de efecto, pero mejor eso que caer en la resignación.

El fondo español se sumó ayer al plan conjunto aprobado por los países comunitarios para afrontar la crisis. Aunque con las limitaciones impuestas por la complejidad de un pacto de 27 Gobiernos, las medidas europeas van en la buena línea de devolver la tranquilidad a los mercados y a los ahorradores europeos. Con tal fin, se ha elevado de 20.000 a 50.000 euros la cantidad de los depósitos garantizados en toda la Unión Europea. España, como la mayoría de los Estados miembros, aumentará sin embargo el límite hasta 100.000 euros. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, reconocía ayer que la decisión busca básicamente evitar las distorsiones que se han venido generando en los últimos días, tras la decisión a la desesperada de siete países de garantizar la totalidad de los depósitos. De hecho, muchos capitales se han movido de unos países a otros buscando esa garantía, algo indeseable que ha perjudicado entre otros sistemas financieros al español. De todas formas, sea bienvenida la medida si contribuye a devolver calma a los inversores.

El Ecofin lanza con el plan europeo el mensaje al sistema financiero y a las Bolsas de que no se dejará quebrar a ninguna entidad. En este caso se trata de una batería de principios comunes genéricos -que no normas- que han de orientar las actuaciones de los Gobiernos a la hora de rescatar un banco. Sin embargo, establecer las reglas comunes supone un gran avance, pues aporta la certeza de cómo actuarán las autoridades nacionales. Y ahora más que nunca es imprescindible evitar la improvisación y cerrar la puerta a las sorpresas.

Quizá los 27 podían haber ido más lejos, como por ejemplo con la aprobación de fondos conjuntos como el español para facilitar la liquidez o para acudir al rescate de cualquier entidad afectada. Pero, al menos, la decisión de que cada Estado actúe de forma coordinada que establece el plan es un gran avance. De hecho, ésta es su principal virtud.

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