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Hacia un nuevo orden financiero

Segura advierte que la crisis sólo puede encararse en el plano mundial

Julio Segura tomó ayer posesión como presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y Fernando Restoy como vicepresidente. Durante la intervención con la que comenzó oficialmente su nueva etapa al frente del regulador, Segura advirtió que el reto al que se enfrenta la CNMV es 'muy distinto al de los últimos 17 meses', en referencia a la crisis financiera que ha golpeado las economías y los mercados de todo el mundo.

Al acto asistió un gran número de representantes del mundo empresarial, como Antonio Zoido, presidente de BME, Miguel Blesa, de Caja Madrid, Francisco González, de BBVA, Juan Miguel Villar Mir, de OHL, y Luis del Rivero, de Sacyr. De hecho, Segura hizo una referencia explícita a las empresas al solicitarles 'transparencia respecto a la información financiera, que debe reflejar el impacto real de la crisis sobre sus resultados y su situación patrimonial'. También solicitó transparencia respecto al 'precio al que se intercambian los instrumentos financieros' y de 'los riesgos que asumen los inversores cuando adquieren productos complejos'.

El presidente de la CNMV apuntó, además, otros tres grandes puntos a los que habrá que prestar especial atención en el actual contexto de crisis. Uno de ellos radica en la necesidad de 'acelerar la convergencia de prácticas supervisoras', debido a que 'la crisis sólo puede ser encarada eficazmente en el plano mundial, porque los agentes implicados más relevantes son conglomerados financieros que operan de forma transfronteriza'.

Segura abogó por que las empresas mejoren la distribución de riesgos, que es 'opaca', y señaló también que la CNMV contribuirá a 'temas de estabilidad financiera', para colaborar en su detección anticipada 'en colaboración con los supervisores de solvencia'.

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