Añadir crisis a la crisis
Las cuentas públicas para 2009 no hacen sino añadir crisis a la crisis, considera el autor. Se demuestra, en su opinión, que la economía española tenía los pies de barro y no se hicieron los deberes
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se colocó conscientemente a remolque de los graves acontecimientos económicos antes y después de lograr su objetivo de ganar las elecciones de marzo, y ahí sigue. Pero, lo que es peor, los Presupuestos Generales 2009 que ha aprobado no variarán esa tendencia.
Izquierda Unida mantiene en estos momentos una clara posición negativa ante unas cuentas públicas que muestran un carácter aún más restrictivo que en sus primeras versiones esbozadas antes del verano y en la ronda de contactos que los grupos parlamentarios mantuvimos a comienzos de septiembre con los gurús económicos socialistas, esos mismos que dicen no haber negado nunca la crisis.
No estamos de acuerdo con la gestión neoliberal que Rodríguez Zapatero pretende hacer de la crisis a través de unos Presupuestos que, cuestiones de propaganda y marketing políticos aparte, suponen una profundización en la ralentización económica. Estas cuentas consagran la reducción del empleo público y la falta de apoyos para reactivar la contratación privada. Al tiempo, recortan significativamente las partidas sociales, por mucho que los ministros socialistas sí muestren por una vez estar bien coordinados en decir lo contrario.
Tampoco estamos de acuerdo en que se añada más crisis a la crisis. El Gobierno plantea ahora un ajuste duro tras haber dilapidado el superávit fiscal en propuestas electoralistas e indiscriminadas como la rebaja en nómina de 400 euros que no alcanza a los mileuristas, el pago indiscriminado de 2.500 euros por hijo a cualquier renta o las nuevas rebajas fiscales para los más poderosos, impuesto sobre el patrimonio incluido.
Resulta que rebajar los impuestos a los que más ganan -y en ello coinciden PSOE y PP- es una receta válida tanto para los buenos tiempos de bonanza económica como para los actuales de grave crisis. Pero sólo es ahora cuando se oyen llamamientos explícitos para abaratar el despido, para rebajar los salarios a cambio de mantener el empleo o para no deflactar la tarifa del IRPF que, cosas de la vida, antes sí era la 'mejor manera de ayudar a los trabajadores', en palabras del propio Rodríguez Zapatero. Unas cosas siguen valiendo y otras no.
Desde IU queremos darle la vuelta a la tortilla y no que paguen los huevos rotos los de siempre. Aún estamos a tiempo. Si todos están de acuerdo que para crear empleo hay que crecer por encima del 2,5%, una previsión de crecimiento del 1% para 2009 ya se sabe qué va a suponer. Y eso con cerca ya de 700.000 parados más que hace un año, con una inflación que se ha convertido en un impuesto regresivo más para la inmensa mayoría y con una hipoteca media 900 euros más cara al año.
El Gobierno lleva años sin ser fiable en sus previsiones. Los trabajadores no fueron los beneficiarios del elevado crecimiento económico del último lustro, pero ya están pagando la crisis y quieren que la paguen aún más. Ha quedado demostrado que nuestra economía tenía los pies de barro y no se aprovechó el largo periodo de crecimiento para cambiar el modelo económico y para la justicia social. No se hicieron los deberes. Se lo dijimos al Gobierno antes y después de las elecciones del 9-M. No nos creyeron. Nosotros no nos creemos estos Presupuestos.
Gaspar Llamazares. Coordinador general de IU