Resultado de la crisis
El Gobierno renuncia a aplicar políticas de recuperación económica, según el autor
Los Presupuestos que ha presentado el Gobierno al Parlamento son, efectivamente, los Presupuestos de la crisis, pero no son unos Presupuestos frente a la crisis. Son los Presupuestos de la crisis porque reflejan, aunque no del todo, la lamentable situación de la economía española a la que nos está conduciendo una crisis que el Gobierno no quería ver hace pocas semanas.
El déficit presupuestado viene de un crecimiento del gasto del 3,3% y una previsión de ingresos que sólo crece un 0,8%. El techo de gasto se ha ido corrigiendo a la baja. Desde el 5% que aprobaron las Cortes en junio, el 4,5% que anunciaron en julio, hemos llegado al 3,3%. Solbes reconoce, en cierta manera, que lo que había que hacer era reducir los gastos, como le estábamos diciendo, pero no lo hace con suficiente decisión. El incremento del gasto (3,3%) está sólo dos décimas por debajo del PIB nominal (3,5%). A esto llama Solbes el Presupuesto más austero de los últimos años.
La previsión de ingresos que hace el Gobierno es muy pobre: sólo crecerán un 0,8% sobre lo liquidado en 2008, y caerán casi un 7% sobre lo previsto en el Presupuesto de 2008. El hecho de que, con una inflación del 5%, los ingresos crezcan tan poco -y que caigan la recaudación por IVA (-13%) e impuesto sobre sociedades (-32%)- es un dato inédito, que evidencia la complicada situación de la economía española. Aun así, esta previsión puede ser todavía optimista, en la medida en la que el cuadro macroeconómico que la sustenta también lo es. Con un crecimiento tan bajo de la recaudación (0,8%), se complica todavía más la mejora de la financiación autonómica y local, y se pone en riesgo la cobertura de las políticas sociales.
Las prioridades de gasto intentan mantenerse en la misma línea de 2008, sin embargo, se ven alteradas por el importante incremento del peso del desempleo en los Presupuestos, que pasa de representar el 5% del gasto a casi el 6%. Sube, en consecuencia, el porcentaje de gasto social del 50% al 53%, mientras que se reduce el porcentaje dedicado a servicios públicos básicos (6,6%), actuaciones de carácter económico (11,8%) o de carácter general (28,8%).
El gasto dedicado a desempleo es, por tanto, el que más crece en estos Presupuestos (24,3%), agotando los recursos que podrían dedicarse a otras políticas. De esta forma, el año pasado, la partida que más crecía era la dedicada a servicios sociales y promoción social (24,8%), que este año crece sólo un 8%.
Así, por primera vez, el Gobierno se ve obligado a recortar el gasto dedicado a servicios públicos básicos, actuaciones de promoción social o políticas económicas. Decrece así el gasto en defensa (-3,9%); el gasto en agricultura, pesca y alimentación (-0,1%); las subvenciones al transporte (-15,6%); el gasto del Estado en infraestructuras (-10,4%); el gasto en I+D+i militar (-5,1%), e incluso el gasto en actuaciones para fomento del empleo (-1,4%).
Del mismo modo, el Gobierno no hace el esfuerzo necesario en el impulso de la educación (que ha pasado de crecer un 13,9% en 2008 a crecer un 1,9%) o la I+D+i civil (que ha pasado de crecer un 17,4% a crecer sólo un 6,7%). El Gobierno centra sus exiguos esfuerzos en la industria y la energía, y el turismo y el comercio. Pero sin apoyar la formación y la innovación, estos esfuerzos no tienen sentido.
Con estas prioridades de gasto, el Gobierno renuncia definitivamente a aplicar políticas de recuperación económica, dirigidas al impulso de los sectores económicos, la mejora de la competitividad y hasta la creación de empleo. El Gobierno se abandona a la crisis, y se limita a pagar el desempleo de los parados que, sin duda, con estos Presupuestos Generales , seguirán en aumento.
Cristóbal Montoro. Portavoz de Economía del Partido Popular