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Análisis

De la indiferencia a la indefensión

La parálisis de la reforma de la ley de inmigración ha dado lugar a una indeseable inseguridad jurídica.

La isla de Ellis es uno de los lugares que figuran en las guías de viaje de Nueva York. En estos días en el que las instalaciones de la isla que tanto drama pero también ilusión acogieron, se han convertido en un museo. El corto recorrido en barco hasta ella es un agradable paseo que proporciona una espectacular perspectiva de la otra isla, la de Manhattan. Ese era el primer destino de los 12 millones de inmigrantes que pasaron por allí entre 1892 y 1954.

Es significativo que uno de los lugares que se identifican con la inmigración sea un monumento protegido pero al fin y al cabo, esta es una nación de inmigrantes. La herencia multicultural es clara.

Pero ahora, pese a las raíces del país, la inmigración es un problema. Hasta hace muy poco lo era pero relativo porque aunque había leyes que la regulaban, a la hora de aplicarlas había mucha laxitud.

Los problemas se han multiplicado para familias de inmigrantes sin papeles y las empresas

Eso cambió con las imposiciones de seguridad que llegaron tras el 11S, los problemas económicos y las crecientes necesidades sociales de familias sin papeles. Todo ello ha hecho que de la indiferencia se haya pasado a la indefensión por la falta de una legislación federal clara que ha dejado a merced de las autoridades locales cómo se trata a quienes no tienen papeles.

Los problemas se han multiplicado para estos y para las empresas. Hace unos días una asociación que aboga por la dureza contra los sin papeles demandó a una inmobiliaria de New Jersey y Pensilvania, Connolly Properties, por alquilar apartamentos a estos inmigrantes. Su paraguas legal es una ley conocida por RICO, que persigue el crimen organizado y faltas relacionadas con la inmigración como el tráfico de personas. Conolly quiere que se desestime esta demanda porque ellos no están obligados a verificar el de sus clientes. Demandas similares han sido archivadas pero entre los afectados hay miedo a que empiece a cambiar el precedente y la situación se complique mientras la reforma nunca llega.

La isla de Ellis es ahora un monumento, la actual situación también lo es, pero a la indefensión y la inseguridad jurídica.

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