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Sorprendentes olvidos en las habitaciones de hotel

Sorprendentes olvidos en las habitaciones de hotel
Sorprendentes olvidos en las habitaciones de hotelPABLO MONGE

Qué no se dejan los clientes en un hotel? Un fajo de billetes de 500 euros, la silla de ruedas de la abuela, dos prótesis de rodilla, el carrito de la compra, la dentadura postiza, el muestrario de la última colección de moda, una bota de vino cubierta por unos calzoncillos, un servicio de mesa completo, con su plato hondo, su plato llano, su cuchara, su cuchillo y su tenedor. El listado anterior responde al registro del Holiday Inn Madrid y de algún otro hotel. Enseres que, fruto de un despiste, no continuaron viaje con su propietario. Huellas del huésped de hotel que ofrecen una singular radiografía de su perfil: hogareño, vacacional, intelectual, obsesivo, familiar...

El hombre de negocios suele dejar tras de sí un amplio reguero de cargadores, móviles, adaptadores -si se dedica al mercado internacional- y trajes. De la abundancia de prendas de vestir, fundas de almohada, libros, medicinas, bolsas de aseo o peluches abandonados en las pernoctaciones se desprende que su huésped busca sentirse como en casa. Así parece que procuraba encontrarse el que abandonó un cazo y un carrito de la compra en el Holiday Inn de Madrid, un establecimiento que anota una centena de pérdidas al mes. Los últimos cinco años, el Westin Palace, en Madrid, acumuló hasta 7.000 objetos olvidados. 1.500 en lo que va de año.

Las gobernantas de los hoteles llevan un pormenorizado registro de los extravíos, en el que figuran nombre de la camarera o del empleado del hotel que encontró el objeto, número de habitación y datos del huésped. 'Por discreción, esperamos a que sea el cliente quien reclama el objeto en lugar de contactarle desde el hotel', aclara Carmen Rueda del Holiday Inn Madrid. Los objetos perdidos se guardan en el hotel durante un periodo de entre tres meses y un año con una referencia al número de habitación y a la fecha de salida, de modo que el cliente pueda reclamarlo. Cumplido el plazo, el empleado del descubrimiento tiene derecho a quedarse con el objeto o dinero abandonados. Así lo establece el protocolo de actuación interno de cada establecimiento. Sin embargo y en contra del imaginario colectivo, no es común abandonar grandes sumas de dinero. En ese caso, 'el cliente reclama y, por lo general, recompensan el hallazgo', explican desde Holiday.

Los establecimientos conservan todos los efectos abandonados durante un año como máximo, si son de poco valor, y sin límite de tiempo en el caso de enseres valiosos

'Los huéspedes son espléndidos cuando recuperan dinero, joyas o documentos, pero también al recibir otros que, a simple vista insignificantes, tienen gran valor afectivo', comenta Conchita Bedoya, directora de NH Nacional, un hotel que contacta con el cliente para informarle del olvido y que comparte el registro de olvidados con los otros hoteles de la cadena. Función similar cumple el Libro de Registros de Olvidos del Petit Palace Embassy, en Madrid, que pese a tan poético título representa un verdadero engorro para el hotel. Cuestión de espacio. 'Se guardan hasta los cepillos de dientes ya usados', explica resignado Ignacio Castillo, su director.

La lista es interminable y de lo más variopinta. Desde básculas de peso al clásico juguete sexual. Una bota de vino junto a unos calzoncillos es, hasta ahora, de las combinaciones que más debate han provocado aunque entre los más raros figura una casita de perro. Sin mascota, eso sí.

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