ETA hace estallar dos coches bomba en Vitoria y Ondarroa y causa siete heridos
La organización terrorista ETA ha atentado esta noche con un coche bomba contra la sede central de la alavesa Caja Vital, en el barrio vitoriano de Salburua, sin causar heridos. Asimismo, siete personas resultaron heridas leves al estallar un potente coche bomba junto a una comisaría de la Ertzaintza en la localidad vizcaína de Ondarroa, informó la policía autonómica.
Una llamada telefónica, realizada en nombre de ETA a la Policía local de Vitoria a las 23:15 de la noche, anunció que iba a explosionar un coche cerca de una oficina de la Caja Vital en Vitoria sobre la medianoche, como efectivamente ocurrió.
El vehículo usado por los terroristas como bomba es un Renault Clio que ha quedado destrozado; estaba aparcado a unos veinte metros de la fachada del edificio atacado.
Según ha podido saber EFE en fuentes de la investigación, la Policía vasca cree que la llamada fue realizada desde una cabina pública de Galdakao (Vizcaya).
Los tres cuartos de hora entre el aviso y la explosión han permitido acordonar la zona, en la que no hay viviendas. Los vigilantes del edificio fueron desalojados nada más recibir el aviso. También se evacuó un restaurante cercano.
El edificio atacado hoy fue inaugurado hace casi un año, el 26 de septiembre del 2007, por los Príncipes de Asturias y el lehendakari, Juan José Ibarretxe. Es la actual sede corporativa de la Vital, un edificio futurista enclavado en las afueras de Vitoria.
Al lugar ha acudido el presidente de la Caja Vital, Gregorio Rojo, quien ha condenado esta "salvajada" y ha dicho que la entidad tratará el lunes de estar operativa para funcionar con la mayor normalidad posible.
Ha destacado que lo verdaderamente importante es que el atentado no haya provocado víctimas y ha calificado esta acción como "un ataque al corazón de la Caja".
También han acudido al lugar varios concejales, la subdelegada del gobierno en Álava, Gloria Sánchez y varias dotaciones de bomberos y ambulancias.
Otro coche bomba en Ondarroa
Aproximadamente dos horas más tarde, otro coche bomba en Ondarroa causaba 7 heridos.
Entre los heridos que dejó la detonación, producida cerca de las 4.30 de la mañana, hay tres ertzainas y cuatro transeúntes, informó un portavoz de la Ertzaintza. Ninguno de los heridos estaba en estado grave, aunque la bomba dañó seriamente los edificios cercanos.
"Los presuntos terroristas han aparcado cerca de la puerta, donde hay una especie de muro y, antes de activar el explosivo, han lanzado un cóctel molotov para llamar la atención de los agentes y alcanzarles de lleno", explicó un portavoz de la policía autonómica a Reuters.
El consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, indicó que el coche, cargado con 100 kilos de explosivos en el maletero, fue colocado cruzado y con el maletero enfocado hacia la comisaría, para aumentar la acción de la bomba. Aún se desconoce la composición.
"Han seguido el sistema básicamente igual que hicieron con el cuartel de la Guardia Civil en Legutiano", declaró, en referencia al atentado que provocó la muerte del agente de la benemérita Juan Manuel Piñuel, el pasado 14 de mayo.
Cerca de dos horas antes de la explosión, otro gran coche bomba estalló cerca de una oficina de la Caja Vital en Vitoria, pero nadie resultó herido, dijo el portavoz. Según la policía vasca, el coche estaba cargado con 100 kilos de explosivos, pero la subdelegación lo cifra en 82.
Sin aviso
La Ertzaintza acordonó la zona en Vitoria antes de la primera explosión, tras recibir una llamada de advertencia en nombre de ETA, por lo que los daños sólo son materiales, pero no hubo aviso antes de la segunda bomba.
"Parece ser que el coche bomba (...) estaba cerca del cierre y éste ha sujetado la onda expansiva y la ha echado hacia afuera, y eso ha facilitado afortunadamente que los daños sean menores", declaró a distintos medios de comunicación la subdelegada del Gobierno en Vitoria, Gloria Sánchez, quien se trasladó esta mañana hasta el lugar del primer atentado.
También lo hizo el presidente de la entidad, Gregorio Rojo, quien explicó que el muro de acero que limita la finca de la Caja con el parque del Buesa evitó que los destrozos fueron mayores.
El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, dijo que era un atentado "contra el corazón de los vitorianos y vitorianas".