Fernando Martín debe 244 millones a través de sus patrimoniales
El entramado societario ideado por el presidente de Martinsa Fadesa, Fernando Martín, para gestionar su patrimonio acumulaba deudas por 244 millones en el momento de solicitar el concurso voluntario de acreedores, según se desprende de los autos emitidos por el Juzgado de lo Mercantil número 5 de Madrid, en los que se declara la situación de insolvencia de FT Castellana, Femaral y Almarfe.
Estas tres sociedades, a través de las cuales Fernando Martín controla el 44,46% del capital de Martinsa Fadesa, tenían como principal objeto la tenencia de acciones de la inmobiliaria y como principal fuente de ingresos los dividendos repartidos por la misma.
Con estas premisas, el juez mercantil considera probado que con Martinsa Fadesa en situación de insolvencia es imposible que dispongan de los fondos suficientes para hacer frente a los pagos que se le avecinan.
FT Castellana, por ejemplo, debía abonar el 31 de octubre los 25 millones correspondientes al primer pago de un préstamo de 125 concedido por BBVA. También le vencían, el 31 de diciembre, sendos pagos por 71 y 1,38 millones a las otras dos sociedades de Martín por la transmisión de acciones de Martinsa.
Esos 71 millones le vendrían muy bien a Almarfe para pagar la deuda de 14 millones que mantiene con el SCH o los 2,6 millones que debe a Hacienda. Sin ese dinero en caja (que supone la parte más relevante de sus 132 millones de activo) liquidar ese pago es imposible. En buena medida, porque el resto de su activo, como en el caso de FT Castellana y Femaral, son acciones de Martinsa, pignoradas como garantía de los préstamos obtenidos por Martín para financiar la compra de Fadesa.
Las acciones pignoradas también son la parte más importante de los 27,8 millones de activo de Femaral, que no tiene liquidez para los pagos inminentes por 5,1 millones que debía afrontar. Entre ellos, la devolución de un préstamo de tres millones al SCH y dos millones de deudas con Hacienda. Además, en esta trama de hilos cruzados, actuaba como avalista de FT por el crédito de 125 millones de BBVA.
Las sociedades vinculadas no suelen cobrar
El complejo entramado creado por Fernando Martín para gestionar su patrimonio ha desembocado en una situación en la que una sociedad debe una factura millonaria a otra, que a su vez le transfirió un importante paquete de acciones que aún no había pagado, a cambio de hacer de avalista de dicha adquisición ante una entidad financiera.Una confusión de titularidades en la que sólo una cosa está clara. En caso de concurso de acreedores, las deudas entre sociedades vinculadas a la declarada insolvente se consideran 'subordinados' y son los últimos en pagarse en caso de disolución. Según la Ley Concursal, los organismos públicos son los primeros en cobrar, luego los acreedores comunes y, en último lugar, las sociedades vinculadas.