Un escenario muy incierto para el nuevo director general de CECA
Quintás será presumiblemente el primero y el último presidente de la CECA que aglutine ambos poderes, obligado por los estatutos, que estipulan la edad de jubilación como el límite para presidir esta organización. En el caso de Juan Ramón Quintás ocurrirá en mayo de 2010.
Le quedan, por tanto, un año y nueve meses para abandonar, y en este tiempo, el que fuera el catedrático más joven de España y quien sigue dando muestras de su excelencia como docente ante la prensa, ha querido desprenderse de la responsabilidad de la gestión diaria. Lo asumirá su hombre de confianza, José Antonio Olavarrieta, que hasta mediados de esta semana desempeñaba el cargo de director general adjunto y responsable del área operativa y financiera.
Olavarrieta, de 62 años, tendrá por delante tres años para dirigir los comités operativos y financieros de la patronal de las cajas, que reúne a 45 entidades. La dilatada experiencia del nuevo cargo ejecutivo de la patronal financiera, con varias crisis a sus espaldas, le convierten en un gran activo para la Confederación.
Olavarrieta llevará la gestión diaria y Quintás presidirá hasta mayo de 2010
Además, su retórica mantiene la altura de Quintás en el supuesto de que algún día tuviera que asumir también la presidencia. Pero a diferencia de Quintás, su manejo en aguas políticas resulta algo menos consensuado. Más cercano a una línea conservadora, Olavarrieta, sin embargo, ha conseguido que su nombramiento sea por unanimidad y que su candidatura fuera la única. Juan Ramón Quintás seguirá con la presidencia de la CECA, marcando las grandes líneas estratégicas de la patronal, presidiendo el consejo de administración y asumiendo las funciones de representación de las cajas.
Entre ambos tratarán de ofrecer una solución al problema con el que se enfrentan la banca mundial y española tras el estallido de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos y la posterior crisis de liquidez.
El reto no parece fácil. Quintás ya augurado que el próximo año será peor que éste y que la morosidad subirá por encima del 5% frente al 2,49% del pasado mes de julio. Desde su punto de vista, las cajas lo pasarán peor que los bancos por la apuesta inmobiliaria que éstas hicieron en los momentos del 'boom' de la construcción. El presidente de la CECA aseguró recientemente que era lógico que estas entidades sufrieran más 'bofetadas' porque también apostaron más por el sector. No obstante, se mostró tranquilo y convencido de que con el tiempo el negocio inmobiliario volverá a ser bueno.
Mientras llega, las cajas tendrán que prepararse para un nuevo entorno económico donde los crecimientos de los resultados brillarán por su ausencia. El beneficio atribuido de las cajas se redujo en la primera parte del año un 3,8% respecto a los seis primeros meses de 2007 mientras que en el caso de los bancos fue del 1,15%. Frente a unas ganancias de 5.118 millones de las cajas, los bancos consiguieron 9.712 millones.
Sus rivales, además, han sufrido menos los ataques de las agencias de calificación y los rumores del mercado que continuamente hablaban de la quiebra inminente de una de las 45 cajas. Para Quintás, esta etapa de desprestigio ya ha pasado, pero viene otra en la que las cajas deberán ser más eficientes y cerrar sucursales si es preciso. 'Olvidarse del paradigma de la expansión y volcarse en la eficiencia'. Y si con todo ello no fuera suficiente, Quintás y Olavarrieta apoyarán las fusiones.