Google cumple diez años sin perder su apuesta por innovar
Diez años le han bastado a Sergey Brin y Larry Page para crear un gigante empresarial. En una década, han conseguido que Google emerja como la compañía más exitosa de internet. Pero no solo eso. También la han dejado posicionada, según coinciden todos los expertos, para ser la empresa que domine la próxima era de la computación, la que estará basada completamente en la red.
Ayer, 7 de septiembre, la compañía celebró su décimo cumpleaños, y lo hizo, según deja entrever su último anuncio, con la vista más puesta en los desafíos de los próximos 10 años que agarrándose a los éxitos alcanzados en la última década.
Y eso que la empresa puede presumir de haberlo hecho muy bien, tal y como revelan sus cifras de negocio. La compañía factura 2,2 millones por hora. De seguir así, cerrará el año con un volumen de negocio superior a 20.000 millones. Una suma de vértigo si se compara con los 140 millones de dólares que ingresó Microsoft en su décimo ejercicio fiscal (en la actualidad supondrían 279 millones), según recordaba el pasado viernes The New York Times.
Page y Brin, estudiantes de la Universidad de Stanford, empezaron en enero de 1996 a colaborar en un motor de búsquedas, con una idea clara: organizar la información del mundo mejor que nadie, y hacerla universalmente accesible. Pero, pese al ascenso meteórico, saben que no se pueden dormir. Por eso, quizá, han elegido el mes de septiembre, precisamente el de su nacimiento, para desvelar la que parece su arma de futuro: un navegador con el que los usuarios gestionarán sus aplicaciones, tanto de trabajo como de ocio. Esta estrategia remarca la ambición de Google de trasladar la mayor parte de las funciones del escritorio a la web, socavando así el terreno de su gran competidor, Microsoft.
Sus nuevos retos: cuidar la privacidad del usuario y el riesgo de caer en prácticas de monopolio
La iniciativa no tiene garantizado el éxito. Habrá que ver si convencen a los usuarios. Pero el temor de sus rivales y la popularidad incuestionable de su marca en todo el mundo hace presagiar que la multinacional estadounidense puede repetir el éxito ya logrado por la mayoría de sus productos. En las primeras 48 horas, ya se había hecho con más del 2% del mercado mundial de navegadores.
Su buscador, su primer as en la manga, registró el pasado julio 48.700 millones de búsquedas online por parte de los usuarios en todo el mundo. Sólo en EE UU, su cuota de mercado es del 70%, según la empresa de estudios de mercado Hitwise. Sus rivales, Yahoo y Microsoft, apenas suman un 24%.
En otras áreas, su filial Youtube absorbe el 49% de los más de 12.000 millones de vídeos que los estadounidenses se descargan de internet al mes, y hoy controla alrededor del 40% de la publicidad online, en este momento su fuente clave de ingresos (aporta el 99% del total). También sus herramientas Google Earth y Google Map para ver el mundo a vista de pájaro gozan de una alta popularidad entre los internautas. No hay empresa que se precie en informar a sus clientes sobre la situación geográfica de sus sedes que no utilice estas aplicaciones. Con esta presencia, ya hay quien se atreve a decir que la era de internet se divide en dos etapas claras: antes y después de Google. 'Google es una increíble historia de éxito y se ha convertido en el sistema nervioso central de nuestras vidas digitales pero a cambio de un precio', aseguraba este viernes a la BBC Jeff Chester, director ejecutivo del Centro para la Democracia Digital. Según este experto, el buscador no es sólo una estructura invisible para acceder a la información en la web sino que también es una vía para que los anunciantes accedan a las costumbres y gustos de los internautas, aún sin permiso de estos últimos, que se traduce en la cuenta bancaria de Google.
Ciertamente, las críticas más duras que ha recibido la empresa ha tenido que ver con la privacidad. A muchos usuarios de su sistema de correo electrónico Gmail no les ha gustado que los enlaces patrocinados que aparecen en su bandeja de entrada hagan alusión al contenido de los correos que envían.
Seguramente Google tiene todavía algunas batallas duras que librar. Una de ellas es la privacidad, donde diversas voces alertaron la semana pasada de que con el nuevo navegador (Chrome), la firma podría saber no sólo lo que busca el usuario sino donde va cuando navega por internet. Otra, la forma en la que enlace sus diferentes productos, por ejemplo, Chrome con sus aplicaciones ofimáticas online (Google Apps). La compañía deberá ser muy cuidadosa para no ser acusada de prácticas monopolísticas.
La empresa se enfrenta paralelamente al reto de hacerse fuerte en la telefonía móvil, con su plataforma Android, un terreno donde gigantes como Nokia, Microsoft o Apple no están dispuestos a ponérselo fácil.
Como dice el analista Carmi Levy, de la consultora AR Communications, Microsoft ha poseído la corona hasta el momento, y está abrumada por el éxito de Google, pero esta compañía también será superada por otra algún día (hay quien dice que Facebook puede arrebatarle su liderazgo en sacar ideas cool para la web). No parece probable a corto plazo, pero quién sabe. Que se lo pregunten a IBM y a Microsoft.
LA CIFRA
2,2 millones de dólares factura Google por hora. De seguir así, cerrará el año con un volumen de negocio de superior a los 20.000 millones.
Un debut histórico en los mercados
Google debutó en Bolsa el 18 de agosto de 2004. Su debut fue histórico al conseguir que los inversores volvieran a apostar por la tecnología tras la explosión de la burbuja de internet en 2000. Las acciones comenzaron a cotizar a un precio de 85 dólares, revalorizándose un 18% en su primer día en el Nasdaq. Tres años después, en noviembre de 2007, los títulos de Google alcanzaron un máximo histórico intradía de 747 dólares, cifra que supone una revalorización del 778% en relación a su precio de debut. En estos años le ha dado tiempo a hacer millonarias adquisiciones como los 1.600 millones pagados por Youtube o los 3.100 millones abonados por Doubleclick.En la actualidad, las acciones de Google se mueven en el entorno de los 450 dólares, tras haber cosechado un retroceso del 35% desde enero. Una caída provocada por las previsiones de deterioro económico en todo el mundo. Aún así, con una capitalización bursátil de 140.000 millones de dólares, es la cuarta tecnológica en este ranking sólo por detrás de Microsoft, IBM y Apple. De hecho, su tamaño en Bolsa es 5,6 veces superior al de Yahoo, uno de sus competidores más directos.Sus fundadores están entre los hombres más ricos del mundo. Con el valor actual de las acciones de Google, la fortuna de Larry Page y Sergey Brin ronda los 13.000 millones. En su última edición, Forbes les situó en los puestos 32 y 33 de la lista de los más ricos. Eso sí, son los más jóvenes de los 50 primeros clasificados. Con estas fortunas, no han dudado en invertir en empresas de energía solar o sanidad.También Eric Schmidt, consejero delegado de Google desde 2001 (a donde llegó desde Novell), tiene una participación valorada en 4.252 millones de dólares. Muchos expertos le consideran como el principal estratega del grupo y responsable de su expansión. Page, Brin y Schmidt aseguraron en enero que estaban dispuestos a estar todavía más de 20 años en la empresa.