_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Colonial, ladrillo a ladrillo

Cuando Martinsa Fadesa suspendió pagos en julio, muchos pensaron que el resto del sector caería en picado. Ahora Colonial es la última compañía inmobiliaria en encontrarse a merced de los bancos. Se ha anotado 8.900 millones de euros de deuda frente a sólo 1.800 de capital. En el primer semestre del año, la factura por intereses fue más del doble que los 128 millones de Ebitda. Sólo la situación del cash flow será peor, gracias a la desesperada situación en el mercado de la vivienda en España. Incluso así, hay una buena oportunidad para que Colonial no siga la senda de Martinsa Fadesa.

Primero, sus cuatro principales acreedores -Goldman Sachs, Eurohypo, Calyon y Royal Bank of Scotland, que son acreedores de 6.100 millones de euros- han firmado ya un plan de reestructuración, pendiente de acuerdo con el resto de los acreedores. Una opción, suponiendo que consigan que los bancos suscriban la emisión, es que la compañía emita bonos convertibles, que podría conllevar pagos de intereses más bajos.

Segundo, el volumen de negocio de Colonial en el algo menos arriesgado mercado del alquiler comercial, que ofrece una más previsible fuente de ingresos que el negocio de promoción residencial o de suelo, como Fadesa. Este negocio está virtualmente paralizado en estos meses. La venta de casas cayó un 30% en junio de 2008 respecto al mismo mes del año anterior.

Tercero, Colonial tiene activos que pueden venderse, incluyendo parte de su 85% en el capital de la filial francesa SFL, o su 15% en la constructora española FCC. Con una venta forzada podría no lograr el mejor precio para ambos, pero el plan bancario dará a la compañía algo de aliento y margen para maximizar el precio.

Pero incluso si los gestores de Colonial se salvan de la insolvencia, el resto del sector está todavía en la cuerda floja. Reyal Urbis, por ejemplo, está intentando renegociar 5.100 millones de euros de deuda. Dado que la mayoría de sus ventas proceden de promociones residenciales y gestión de suelo, puede pasar un muy difícil momento para lograr que sus acreedores sean más complacientes.

Por Fiona Marhag-Bravo

Coca-cola refresca china

Quieren una prueba de que el precipitado crecimiento de China es el secreto peor guardado del mundo? Miren la compra de Huiyuan por Coca-Cola. El fabricante de refrescos estadounidense pagará 2.300 millones de dólares para hacerse con el fabricante de zumos chino, que tiene una posición dominante en un atractivo nicho de mercado y una tasa de crecimiento que avergüenza a la de Coca-Cola. Pero Coca-Cola está pagando suntuosamente por el privilegio.Midiéndolo según los estándares normales, el acuerdo sugiere que Coca-Cola necesita dejar la cafeína. Está pagando seis veces los ingresos de 2007 de Huiyuan. El precio es equivalente a casi 50 veces los ingresos esperados de Huiyuan para este año, y suponen una prima de casi el 200% sobre la cotización del viernes del fabricante de zumos.Sin embargo, esto sucede en China, donde tales números no cuentan toda la historia. La creciente prosperidad de China y el gusto por productos de primer nivel favorecen a Huiyuan, cuyas ventas están creciendo cerca de un 30%. Asombrosamente, espera que ese ritmo se acelere a una tasa de casi el 40% en los próximos cinco años. Esto puede no ser mera bravuconería. Los consumidores chinos se beben una cuadragésima parte del volumen de zumos de frutas que consumen sus homólogos europeos y estadounidenses. Cuanto más ricos se hagan, más zumo van a beber.Para Coca-Cola, haber hecho este trato tiene valor. Para una empresa extranjera es difícil hacerse con el control de compañías chinas, por los estorbos de la burocracia, el choque cultural y los vendedores reacios. Los acuerdos todavía son pocos y no se ven con frecuencia. Huiyuan es distinta porque está controlada por dos inversores privados, dispuestos a vender: Danone, el grupo lácteo francés; y el presidente Zhu Xinli. Entre ambos poseen el 65% de las acciones.Para Zhu, Coca-Cola tiene algo que ofrecer además de dinero en efectivo. Será presidente de la división que planea exportar las marcas de Huiyuan fuera de China. Danone logra un acuerdo particularmente jugoso. Habiendo pagado alrededor de 140 millones de dólares por su participación inicial, más 140 millones cuando Huiyuan salió a Bolsa, ahora debería obtener 528 millones, doblando su dinero. No está mal para una inversión que sólo hace dos días estaba en números rojos.Por John Foley

Archivado En

_
_