Un mensaje a tiempo
Barack Obama dijo en su discurso de aceptación de la candidatura demócrata que él no mide la fortaleza de la economía por el número de millonarios o los beneficios de las empresas del Fortune 500, sino por la salud del 'sueño americano' de oportunidades para todos. Un sueño que ahora necesita la renovación que prometió.
Este ha sido un tema recurrente de una convención que ha querido acercarse a los problemas de unos ciudadanos muy preocupados por la economía. Y el mensaje ha llegado en la misma semana en la que el Censo ha dado a conocer el estado de tres constantes vitales de la economía: el nivel de ingresos, de pobreza y el número de personas con y sin seguro médico del año anterior. El resultado de este estudio, anterior a la explosión de la crisis, no es muy positivo.
La media de ingresos en los hogares, una vez descontada la inflación, ascendió a 50.233 dólares en 2007, un 1,3% más que en 2006, pero por debajo del registro de 2000 (50.557). Eso refuerza la idea de que la buena marcha de la economía y los buenos resultados de las empresas apenas han tenido un reflejo sobre la población desde que George Bush es presidente. Lo que sí ha aumentado es la distancia que separa a los que más tienen del resto. El 1% de los que más ganan se embolsa el 23% de todos los ingresos. Es el nivel más alto desde 1928, fecha nefasta desde el punto de vista económico. Son cifras que apoyan la teoría de que la riqueza generada por los estratos económicamente más altos de la sociedad no termina de llegar a los que están más abajo.
En términos de pobreza, de nuevo, la prosperidad económica no se ha trasladado a reducir el número de desfavorecidos. Unos 37,3 millones de personas vivían bajo el umbral de la pobreza en 2007, de lo cuales, 13,3 millones eran niños. En EE UU una familia de cuatro personas es pobre si vive con menos de 21.203 dólares al año. En esa situación se encuentra el 12,5% de la población, más que en 2000.
El número de personas sin seguro médico descendió por primera vez en la legislatura en un millón de personas. Ahora son 45,7 millones, el 15,3% de la ciudadanía. La caída se debe a que más personas se han enrolado en los programas estatales, Medicare, para mayores de 65 años y Medicaid, para pobres.
Gane quien gane las elecciones, en 2008 las cifras serán peores y las medidas para corregirlas, más necesarias.