Los magos de las estructuras metálicas
Ambición. De un modesto taller creado en 1959 a líder de la industria de estructuras metálicas; de esta forma, Anro ha intervenido en los últimos años en 117 grandes proyectos de las principales constructoras del país.
El líder nacional que es hoy Industrias Metálicas Anro nació hace medio siglo en una modesta fábrica en la localidad manchega de Tomelloso (Ciudad Real), descendiente directo de las antiguas fraguas donde, a base de fuego, yunques y duro trabajo manual las necesidades de los lugareños tomaban forma. Con sólo tres personas y en apenas 300 metros cuadrados, la pequeña empresa familiar se ganaba la vida fabricando rastrillos, horcates y cualquier otro instrumento de labranza que se solicitara.
Hubo de pasar más de una década para que la calidad de los trabajos de su joven fundador Ángel Rodríguez (de cuyo nombre proviene el topónimo Anro) le proporcionara el prestigio suficiente para entrar en contacto con el mercado de la construcción. En principio, en Anro sólo se fabricaba cerrajería, pero los sueños de este empresario eran ambiciosos. Y es que, a pesar de la inicial escasez de recursos, la empresa nació con una decidida vocación de liderazgo. Años de duro trabajo y de ganarse a pulso una buena reputación en la región consiguieron que los pedidos se multiplicaran.
Pasó otra década, tiempo suficiente para trasladarse a unas instalaciones más grandes donde poder comenzar a satisfacer los nuevos pedidos, fabricando las primeras estructuras metálicas, aunque por aquel entonces todas eran ligeras. Poco después vendrían las estructuras medias y el embarcarse en obras de gran relevancia como el Centro Comercial La Vaguada y la estación de Atocha en Madrid o la de Santa Justa en Sevilla. Entonces en Anro ya eran cerca de 80 empleados.
Los inicios del nuevo siglo marcaron un hito importante en la evolución de lo que ya era una sólida empresa manchega. La alta carga de trabajo obligó a ampliar la planta de fabricación y Anro tuvo que trasladarse de nuevo, haciéndolo a sus actuales instalaciones. Este traslado fue necesario para poder trabajar, por primera vez, con estructura pesada.
Nueva gerencia
En 2003 Ángel Rodríguez pasó el testigo a su hijo Rafael, el actual director gerente, un cambio generacional que revolucionó la política empresarial de Anro. Los objetivos de la nueva gerencia se centraron en ofrecer una alta calidad, un buen servicio al cliente y la plena satisfacción de los empleados. Bajo su mando, se crea el departamento de recursos humanos y se consigue la certificación ISO 9001:2000 de Aenor. También se incrementa la plantilla, que pasa de 140 empleados en 2002 a 204 en 2006, y comienzan a llevarse a cabo acciones de formación para aumentar la cualificación de los trabajadores.
Poco a poco se estaba forjando lo que hoy es Anro, una firma de referencia en su sector, que se ha ganado un merecido hueco entre las mejores empresas de España en el diseño, construcción y montaje de grandes estructuras metálicas, destinadas a naves industriales, edificios singulares, pasarelas peatonales, plantas industriales, pabellones feriales, calderería media y pesada para transvases de agua, desaladoras, depuradoras y aparatos a presión, torres para generadores de energía eólica, puentes grúa y transelevadores.
A punto de cumplir 50 años, en los últimos cinco Anro ha trabajado en 117 grandes proyectos de obras de la mano de constructoras como Dragados, FCC, OHL, Sacyr o Ferrovial. Y aunque España es su mercado natural, también está presente en otros países como son Egipto y Brasil y, para 2009, prepara su desembarco en Portugal.
De cara al futuro, las prioridades de su gerente están bien definidas: 'mantener el crecimiento de los últimos cuatro ejercicios en unos años que se avecinan complicados y seguir siendo lo que hoy somos, una empresa seria, comprometida con sus clientes y que vive por sus empleados, con ideas muy definidas y objetivos claros'.
Datos básicos
Liderazgo. Tan sólo dos generaciones han sido suficientes para que Anro haya pasado de ser una modesta empresa local dedicada a la cerrajería a convertirse en un fabricante líder en la industria de las estructuras metálicas. La compañía alcanzó el año pasado una facturación de 20,8 millones de euros e invirtió 3,9 millones en equipos y nueva tecnología.Seguridad. En 2003 Anro creó el departamento de recursos humanos y, desde entonces, la seguridad y salud de los empleados se han convertido en una de sus prioridades. Para mejorar la cualificación de sus 211 trabajadores, realiza intensas acciones de formación, que han reducido en más de un 70% el índice de siniestralidad. En los últimos cinco años, la plantilla ha crecido un 35%.Instalaciones. Como un inmenso astillero en el campo. Así son las instalaciones en las que la compañía diseña, desarrolla y fabrica sus estructuras. En las naves interiores de hasta 250 metros de largo, Anro da forma a lo que más tarde serán pabellones feriales, plantas industriales o generadores de energía eólica. En estos momentos, la compañía dispone de una superficie de 18.000 metros cuadrados destinados a talleres y de otros 820 metros cuadrados de oficinas, con una capacidad de producción de 16.000 toneladas anuales.
Abanderado de los centros comerciales
Su reputación la precede desde que en 2003 construyese la insólita cubierta del centro comercial Berceo, de Logroño, Premio Miping 2004 de Arquitectura, compitiendo con otros edificios de Filipinas y Tokio. Desde entonces, Anro se ha convertido en el abanderado de los centros comerciales españoles. La empresa de Tomelloso ha intervenido en la construcción del Plaza Imperial en Zaragoza, uno de los mayores de España y el más grande de Aragón, con 127.400 metros cuadrados y una inversión de 230 millones de euros. Anro ha realizado la estructura de la zona comercial, empleando 1,4 millones de kilos de acero.Pero éste no es el único. Entre los notables también destacan el centro Alcalá Magna, en Alcalá de Henares, para el que ha construido y montado las estructuras metálicas de las cubiertas, fachadas y lucernarios, o el Portal de La Marina, en la localidad alicantina de Ondara. Anro es una de las 700 empresas que han intervenido en la construcción de este nuevo centro comercial en el que ha hecho realidad la estructura de cubierta de la zona comercial, gracias al empleo de 1.300 toneladas de acero. Nueva Condomina y Águilas Plaza en Murcia, y Área Sur en Cádiz son también logros de sus talleres manchegos.
Un referente tecnológico y de calidad en su campo
Aunque sus orígenes fueron modestos y sus recursos escasos, Anro siempre tuvo muy claro que quería trabajar para las principales constructoras del país y que, para ello, la diferenciación tecnológica y la calidad del producto eran esenciales. En los últimos cinco años, Anro ha destinado 2,3 millones de euros a nuevas tecnologías y ha invertido más de 1,6 millones en sus instalaciones. Pero no va a pararse aquí. Según Rafael Rodríguez, 'Para 2008 y 2009 seguiremos invirtiendo en maquinaria de última generación para ser todavía más competitivos, sobre todo en el área de chapa, la más débil de la empresa'.La innovación y la calidad son parte de la estrategia competitiva de Anro, 'algo que nos ha hecho destacar entre las mejores empresas de España', afirma Rodríguez, quien además señala con orgullo que 'todos nuestros clientes volverían a contratarnos y nos recomendarían'.Gracias a este empeño de directivos y trabajadores, la compañía ha sido merecedora de varios galardones entre 2005 y 2007. En sus vitrinas brilla el metal del premio a la innovación empresarial concedido por IMAS TV, el V Premio Joven Empresario de Ciudad Real otorgado por la Asociación de Jóvenes Empresarios a Rafael Rodríguez, antesala del III Premio Joven Empresario de Castilla-La Mancha. Junto a ellos descansan el Premio Empresa del Año 2006 que concede la Asociación de Empresarios de la Comarca de Tomelloso y el galardón que entregó el Príncipe de Asturias al director de Anro en reconocimiento nacional a la innovación tecnológica.