Bill Clinton despeja las dudas: Obama está preparado
Hillary Clinton fue la encargada de redondear el apoyo que brindó a Barack Obama el martes por la noche en la convención demócrata. La senadora por nueva York, pidió que se nominara a Obama por aclamación y luego, su marido, el presidente Bill Clinton, afirmó que el candidato estaba preparado para ser presidente.
La convención demócrata ha salido como la campaña de Obama querría que saliera. Las dudas sobre la adhesión de los Clinton se despejaron ayer por completo al subir el ex presidente al escenario con un discurso que nadie había leído previamente. "Todo lo que he aprendido en mis ocho años como presidente y en el trabajo que he hecho desde entonces en América y alrededor del mundo me ha convencido de que Barack Obama es el hombre para este puesto".
Según Clinton, "Obama tiene una capacidad muy singular para inspirar a la gente, ampliar nuestras esperanzas y unirnos en un objetivo más alto. Tiene la inteligencia y la curiosidad que todo presidente con éxito necesita. Sus políticas en economía, impuestos, sanidad y energía son, de lejos, superiores a las alternativas republicanas".
Sus palabras no dejaban lugar a la duda. La incógnita de la posición de Clinton, con quien Obama ha tenido más de un enfrentamiento en las primarias, estaba despejada. Aunque Clinton reconoció que su candidato era su mujer, el ex presidente, afirmó que tanto para el frente económico como para la tarea de la mejora de la posición de EE UU en el mundo, Obama era el mejor candidato. "Barack Obama está listo para ser el presidente".
Al subir a la tribuna de los oradores, Clinton recibió una larga y cálida ovación que llegaba apenas unas horas después de que los delegados votaran por aclamación a Obama. Fue una ceremonia intensa que había planteado muchas dudas porque en agosto, Obama y Hillary Clinton habían llegado al acuerdo de incluir el nombre de la candidata en la votación, como un homenaje a su esfuerzo y logros en las primarias. El daño potencial del gesto es que muchos de los delegados, desencantados con Obama, terminaran pesando y desuniendo al partido.
No ocurrió. Por orden alfabético, delegación tras delegación estatal, hicieron públicos sus votos. Clinton iba recibiendo algunos pero Obama la multiplicaba por amplio margen. California no votó e Illinois, el estado de Obama tampoco. Cuando llegó al turno de Nuevo México, este estado cedió su derecho al voto a Illinois que a su vez se lo cedió a Nueva York. Clinton, portavoz de este estado, pidió entonces que se parara la votación y se proclamara candidato por unanimidad. Su moción fue aprobada.
Obama llegó inesperadamente a última hora al Pepsi Center para arropar a Joe Biden, recién proclamado candidato a la vicepresidencia, y agradecer a los Clinton un apoyo con el que no todos contaban antes de esta convención.