Un banco en crecimiento
Barclays todavía está caminando por terreno delicado. Una sólida colección de resultados ha hecho que el banco británico esté planeando acelerar su expansión, tanto por sí mismo como mediante adquisiciones. Pero eso no está enfrentado con su visión pesimista de los meses venideros. El director ejecutivo, John Varley, reconoció que las condiciones del mercado son mucho más complicadas. Pero en lugar de protegerse frente a los tiempos duros, Barclays está pagando su dividendo (que rinde un notable 8,5%) y actuando con vistas al crecimiento.
Después de ampliar 4.500 millones de libras de capital, el índice Tier 1 de Barclays es del 6,3%. Esto es suficiente. Pero el banco, que todavía cree que su objetivo debería ser del 5,25% -más bajo que el de la mayoría de sus pares- quiere utilizar sólo la mitad de los nuevos fondos para apuntalar su balance. Si un gran bajón económico está de veras a la vuelta de la esquina, probablemente Barclays necesite retenerlo todo.
Es cierto que el banco está capeando el temporal más convincentemente que la mayoría. Reveló una cartera de préstamos bastante fuerte. Su índice de préstamos hipotecarios con cuotas atrasadas más de tres meses se ha incrementado en sólo seis puntos básicos, y por unos minúsculos tres puntos básicos en el negocio de préstamos, de 67.000 millones de libras. Ambas cifras son mejores que las de sus competidores.
Mejor aún, al final Barclays ha revelado sus datos en lo que ahora es una exposición a los créditos subprime de 5.000 millones de libras. Parece haber sido razonablemente conservador. Lo importante no son sólo estas cifras, sino que esta revelación produce confianza. Los tranquilizados inversores no hicieron caso de las provisiones, más elevadas de lo que se pensaba, que esperaban un deterioro de los activos de 2.400 millones de libras, e impulsaron las acciones un 7%.
Este éxito relativo indica que Varley cree que puede buscar una línea de negocio para llevar a Barclays a un lugar más cómodo, a la manera en que Barclays Capital impulsó al banco durante el boom. Esto podría dar resultados reales si se hace correctamente (la parte neta de Barclays de nuevos préstamos hipotecarios en Gran Bretaña se ha cuadruplicado hasta el 26%). Pero el banco debería hacer caso a su propia opinión cautelosa y andar con cuidado en estos tiempos traicioneros.
Por George Hay
Desorden en Telecom Italia
La confusión en Telecom Italia se acentúa. Según se dice, el precio de las acciones del operador, asediado y fuertemente apalancado, ha caído lo bastante bajo como para romper el convenio de deuda. Telecom Italia dice que no puede hacer comentarios sobre las noticias, pero sí es cierto los bancos podrían terminar con una participación de cerca del 17% en el antiguo monopolio. æpermil;ste es sólo el último golpe dado al criticado jefe, Franco Bernabé. El antiguo banquero de Rothschild ya está enfrentándose al malestar existente entre el grupo de empresarios italianos que controlan la compañía. Una crisis ya no puede estar lejos. Italia es ciertamente un país maduro para el activismo, y podría decirse que Telecom Italia es un tema adecuado. El precio de sus acciones ha caído un 46% este año, casi el doble que la media del sector en Europa, mientras las preocupaciones sobre su estrategia futura se han sumado a las dudas sobre las resistencia de las telecos europeas.Pero los accionistas principales de Telecom Italia, que juntos poseen el 24,5% de la empresa, no están haciendo campaña para cambiar en un mercado en cierto modo amigable. Han propagado rumores contra la estrategia de Bernabé de recortar gastos mesuradamente y han causado la confusión que ha ayudado a hundir el precio de la acción. Dos accionistas destacados -Gilberto Benetton, de la empresa italiana de ropa, y el empresario de caldos, Marco Fossati-, han descargado su frustración con la estrategia de Telecom Italia en los periódicos italianos. La empresa se vio forzada a negar que estaba a punto de ampliar capital. Para Telecom Italia, esta clase de comentarios son particularmente dañinos. Sólo mantienen su tradicional y desafortunado rol como juguete de la élite política y financiera italiana. Una posición que ha contribuido al actual desorden.La confusión podría convertirse en una crisis real hoy mismo, cuando se espera que Telecom Italia informe de una brusca caída de los beneficios. Pero esto no debería utilizarse como excusa para más intromisiones. El camino correcto es dar algo de espacio a Bernabé para maniobrar. Tristemente, en el entorno empresarial actual, muy cargado políticamente en Italia, no es probable que eso vaya a pasar.Por Rachel Sanderson