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Movimientos corporativos

Más operaciones empresariales con sentido estratégico

En las últimas semanas han proliferado las operaciones empresariales. En España, el mercado ha asistido al acuerdo de fusión entre Iberia y British Airways, la compra del 45% de Fenosa por parte de Gas Natural, la alianza entre Campofrío y Smithfield, y la oferta lanzada a Alliance Leicester por parte del Santander. A estas se suman otras del exterior como la compra de la cervecera Budweiser por la belga InBev y la adquisición de Gennentech que ha llevado a cabo Roche para reforzar su posición en los fármacos contra el cáncer.

Tal retahíla de movimientos corporativos ha frenado la sangría de caídas de los últimos meses en las Bolsas. Pero todo apunta a que se trata de mejoras transitorias, puntuales, porque los inversores están más atentos a las referencias de aspecto económico. El viernes los índices retrocedieron más del 1% tras conocer los malos resultados de la automovilística General Motors.

Sin embargo, no por todo ello la actividad empresarial tiene visos de frenarse. 'Seguirá habiendo movimientos corporativos, pero entre empresas, no con private equity capital riesgo ni con compras apalancadas', explica David Navarro, gestor de Inversis Banco.

Aunque el momento no acompañe, los expertos reconocen que muchas de las empresas cotizan con unos ratios atractivos después de la penalización del último año. Pero aún así sigue habiendo temor. 'El mercado tiene la incertidumbre de los beneficios', explica Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada.

Los sectores más calientes en cuanto a posibilidad de fusión o compra son el de telecomunicaciones, el financiero, utilities, materiales y 'quizás', en palabras de David Navarro, automoción. 'Los más fuertes o los más saneados aprovecharán la debilidad del mercado para hacer inversiones, pero casi todos los acuerdos serán estratégicos', indica Padilla.

El tipo de actuación, pues, será diferente a lo que ha venido siendo en los últimos años, donde la actividad corporativa ha estado basada en el apalancamiento y el capital riesgo era el protagonista. 'Ahora es difícil conseguir financiación ajena, pero también propia a través de ampliaciones de capital. La cotización del comprador se puede ver muy penalizada', añade el gestor del Popular.

Sacar una gran tajada de este tipo de movimientos no será por tanto tan fácil como en ocasiones anteriores. La prudencia es extrema en este sentido y los analistas aconsejan que se mire con lupa las compañías protagonistas, que se tenga en cuenta que las características del canje no van a ser ni mucho menos como entre 2005 y 2006 y que muchas operaciones se pueden quedar en el camino. Sin ir más lejos, a principios de julio France Télécom renunció a una fusión con TeliaSonera tras escuchar las duras críticas que vertió el mercado sobre el alto precio que requería el acuerdo y las escasas sinergias creadas entre los dos grupos.

Donde los analistas ven más posibilidades de que las operaciones proliferen y sigan adelante es en el sector bancario. 'Son de las compañías que más sufren por los costes', explica David Navarro.

Dentro de este proceso Jordi Padilla considera que habrá ganadores y perdedores. 'Los menos afectados por la crisis y saneados van a aprovechar para comprar. También la entidades con más dificultades podrán optar a fusionarse para poder sobrevivir... Pero no van a ser grandes operaciones y no creo que se ofrezcan primas sustanciales. No van a ser la panacea para los inversores particulares', dice.

SEQUÍA EN LAS PEQUEçAS

Uno de los últimos fenómenos, la actividad empresarial sobre entidades de menor tamaño, parece que va a dejar de ser tal. Los movimientos los protagonizarán empresas del mismo sector; no van a estar basadas en el capital riesgo ni en el apalancamiento, como se ha hecho con las pequeñas.

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