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A fondo

La banca empieza a acusar el parón económico

La banca española comienza a pagar los excesos cometidos durante el boom crediticio nacional de los últimos 15 años. Así lo han demostrado los resultados semestrales de Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid y Popular. Todos ellos asisten a un claro deterioro de las variables que marcan la evolución de su negocio, sobre todo, en España.

Tras años de cosechar aumentos de su beneficio conjunto de dos dígitos, los cinco grandes anotaron en junio un resultado atribuido combinado de 10.657 millones de euros. Es decir, un 0,83% menos que 12 meses antes.

Varias entidades atribuyeron la ralentización de sus respectivas ganancias -o en ocasiones, incluso, el descenso en toda regla-, a la ausencia de beneficios extraordinarios en el primer semestre de 2008. Es cierto que hace un año, por estas fechas, Santander se había desprendido de su 1,79% en Intesa Sanpaolo y BBVA del 5,01% en Iberdrola, Caja Madrid había obtenido 209 millones al sacar Realia a Bolsa y logrado otras importantes plusvalías al poner en equivalencia el holding de seguros que comparte con Mapfre, mientras La Caixa, por su parte, lograba pingües beneficios con la venta de su 1,05% en Suez y del 2,01% en la concesionaria Atlantia (antigua Autostrade).

Pero la banca española no asiste a una mera ausencia o rebaja de sus ingresos no recurrentes. Los márgenes de los cinco grupos muestran una indudablemente marcha positiva, pero menos espectacular que en el pasado. Así, el de intermediación, subió un 15,78%, hasta 18.590 millones; el ordinario mejoró un 13,01% y ascendió a 31.832 millones; mientras el de explotación repuntó un 15,06% y se situó en 18.516 millones. Con todo, esta evolución no es tan llamativa como los incrementos superiores al 20% y, en ocasiones, al 30%, que cosechaban estos mismos grupos unidos a mediados de 2007, 2006 o 2005 para cada una de estas tres variables.

Un signo evidente de que mucho ha cambiado en el panorama financiero del país en los últimos 12 meses es la evolución del crédito. Antes de que se desatase la tormenta de las hipotecas subprime en EE UU, que corto de golpe la liquidez de los mercados internacionales donde se nutrían las entidades españolas, y que el sector inmobiliario ibérico entrase en barrena; bancos y cajas incrementaban los préstamos que concedían a tasas de dos dígitos.

Ahora, el panorama es bien diferente. Los cinco grandes grupos bancarios nacionales mantenían hasta junio una cartera de créditos por valor de 1,278 billones de euros, apenas un 7,93% más que un año atrás. Esta ralentización se debe, fundamentalmente, al freno de Santander y, en menor medida, de Popular. Y al tiempo que el grifo de la financiación se cierra, los créditos morosos emergen. Todas las entidades, sin excepción, han registrado aumentos en su tasa de impagados. Los deterioros más alarmantes hasta el momento han sido los de Caja Madrid (de 0,5%, en 2007, a 1,89%, ahora) y La Caixa (de 0,38% a 1,26%).

Además, los que hace sólo un año eran cómodos colchones frente a un posible incremento de la morosidad, han mermado de forma significativa. Las tasas de cobertura frente a impagados han pasado de estar por encima del 250% en cuatro de las cinco entidades (la excepción era Santander, con un 169%), a situarse prácticamente todas por debajo del 140% (BBVA está más holgado: el 166%).

Fuentes del Banco de España explican que no existe ninguna norma que exija a las entidades disponer de provisiones que cubran todos sus créditos morosos, si bien esta ratio es un indicador de seguridad sobre la política crediticia de un grupo financiero. En España, bancos y cajas realizan dos tipos de provisiones. Por un lado, las específicas, destinadas a cubrir los préstamos dudosos ya detectados. Y por otro las genéricas, que se efectúan en paralelo a la concesión de crédito para atender cambios en el ciclo.

El esquema de provisiones específicas y genéricas ha permitido al sistema financiero nacional disponer de coberturas superiores al 100% del importe de los impagados en la última década. Pero ahora, el repunte de la morosidad y la ralentización del crédito pueden hacer que se descienda de este porcentaje. Ninguno de los grandes grupos bancarios admite haber recurrido a sus provisiones genéricas para hacer frente a la morosidad.

En el sector financiero las previsiones son que la morosidad vaya claramente a peor. No obstante, a favor del sistema bancario nacional juega el hecho de que la dudosidad se encuentra en mínimos históricos y que, además, es inferior a la de entidades extranjeras. Precisamente, uno de los elementos que distingue a los grupos financieros españoles de los del resto de Europa o de EE UU es que, hasta la fecha, no han presentado pérdidas ningún trimestre ni han necesitado inyecciones de capital para atender problemas de liquidez.

Esto no ha impedido, no obstante, que la cotización de los bancos nacionales se haya visto castigada en Bolsa. Santander se ha dejado un 17% en lo que va de año, BBVA un 29,3% y Popular un 40,1%. Y aunque los tres han anunciado subidas del dividendo a cuenta (Santander un 15%, BBVA un 10% y Popular un 7,17%), en todos los casos estas subidas son menos generosas que las alzas de hace 12 meses.

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