Funcionalidad en Pioneer
Martínez dirige la filial ibérica de la japonesa desde un espacio amplio y luminoso.
Andrés Martínez, director general de Pioneer Ibérica, afirma sin tapujos que el despacho que tiene no es el que le hubiera gustado si hubiera podido decidir. 'Si lo hubiera diseñado yo lo habría hecho más abierto, desde aquí no veo a nadie', dice. El inconveniente, de todas maneras, tiene fácil arreglo. 'Cada día me doy una vuelta por la empresa y hablo con todo el mundo, es la mejor manera de oler como va todo', cuenta. Martínez (Barcelona, 1953) empezó a trabajar en Vietta Audioeléctrica en 1972, a la vez que estudiaba, y pasó a llevar la representación de Pioneer en 1982. Así que cuando llegó a la dirección general de la firma de electrónica de consumo, en 2005, conocía la compañía desde abajo. 'Para un directivo es importante escuchar a todos, sean del nivel que sean y como he salido de la base creo que soy muy accesible para los trabajadores', explica Martínez.
Pioneer, que ya no tiene ningún centro de producción en España, cuenta con una plantilla de 113 empleados entre España y Portugal, de los que 65 trabajan en las instalaciones que la multinacional japonesa tiene en el polígono industrial Salvatella, en Barberá del Vallés, una población a 21 kilómetros de Barcelona.
Martínez asegura que trabajar en un polígono tiene muchas ventajas. Una de ellas, quizá la más evidente contemplando su enorme despacho, es que los empleados pueden disponer de muchos metros cuadrados por persona, algo que les llama mucho la atención a los japoneses cuando visitan sus instalaciones. 'Además estamos muy bien comunicados, y hasta hace muy poco veíamos como se paseaban los pájaros entre los árboles, en días claros se puede ver las montañas de Montserrat y el Montseny'.
El espacio de trabajo del consejero delegado de Pioneer es funcional y se podría decir, incluso, austero, si no fuese por el enorme ficus benjamina que separa su mesa de trabajo y la auxiliar, con espacio para seis personas y que utiliza para las reuniones del comité de dirección. Una de las paredes es un enorme ventanal que proporciona al espacio luz natural. No hay muchos objetos que puedan ofrecer pistas de la vida de Martínez fuera del despacho, únicamente un par de fotos de la familia, junto a otras muchas que reflejan su trayectoria profesional. 'No necesito nada personal para trabajar, un despacho es poco más que un teléfono, un ordenador y una mesa. No soy nada sofisticado, aunque si lo piensas bien estás más horas aquí que en casa', afirma. 'Lo único que necesito es que la mesa esté ordenada, no sé trabajar con pilas de papeles por todas partes'. Una jornada de trabajo típica empieza a las ocho y media de la mañana y dura hasta las siete de la tarde. Martínez viaja con frecuencia, 'cada día más', matiza. A la central en Europa, que está ubicada en Bélgica, un mínimo de dos veces al mes, y a Portugal, concretamente a Lisboa, sede de la sucursal portuguesa, también con cierta frecuencia. A estos viajes hay que añadir los que realiza a la sede de la matriz en Japón.
Martínez es partidario de flexibilizar la jornada laboral en la medida de lo posible 'y siempre que el trabajo salga'. Pero recuerda que la suya es una compañía de ventas, lo que les obliga a respetar ciertos horarios. 'Para dar servicio a las tiendas tienes que adaptar tu horario lo más posible al suyo', explica. Aún así, sus empleados salen a las cinco y media de la tarde y a partir de esa hora es el centro de atención telefónica, que cierra a las siete, el que se encarga de recibir las llamadas.
La fidelidad es uno de los rasgos que más valora Martínez en un empleado de dirección. 'Las nuevas generaciones tienen menos fidelidad, y no quiero decir que sea bueno ni malo, es diferente. Del aprendiz de mi generación se ha pasado al empleado que desde el primer día quiere ser jefe, pero eso es bueno, porque si están motivados se involucran mucho', explica. 'Mi generación ha sido más estable, los que suben ahora se mueven más porque les llame la atención un proyecto concreto que por pertenecer a una empresa, por muy potente que sea'.
Un gramófono y la vuelta a los orígenes
Un gramófono en miniatura que reposa sobre uno de los muebles del despacho de Andrés Martínez remiten a su etapa en Vietta. 'Era un gramófono que regalábamos a los clientes', explica. El director general de Pioneer Ibérica dice que la tendencia en audio es volver a los orígenes. 'En realidad el vinilo proporciona mucha mejor calidad que el CD'.En una de las estanterías hay otros dos coches en miniatura, del mismo artesano autor del gramófono. Otro regalo para los distribuidores de radios para coche, 'cada año hacíamos una maqueta de un modelo diferente'.La crisis ha llegado también al mercado de los aparatos de música para los coches. 'Es lógico, ha caído la venta de automóviles y cae todo lo que está relacionado con ella', argumenta. Pero Martínez cree que será una crisis no muy duradera, que podrá recuperarse el año que viene. 'Lo que hay que hacer en situaciones así es rediseñar la estrategia, por ejemplo nosotros estamos vendiendo mejor ahora nuestras gamas premium', explica. Martínez recuerda que el problema del sector de la electrónica de consumo no es tanto la caída en ventas, sino que el precio de una tecnología nueva baje continuamente, 'alrededor de un 20% cada año', lo que les obliga a un cambio constante de producto.