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Libros

Recetas para lograr un mundo próspero

Jeffrey Sachs explica cómo reducir la brecha entre ricos y pobres.

Dicen de él que probablemente es el economista más importante del mundo. Con este aval, Jeffrey Sachs recopila sus ideas y recetas para incrementar la prosperidad económica en el mundo. En Economía para un planeta abarrotado (editorial Debate) analiza cómo se ha de afrontar el vertiginoso crecimiento de la población mundial y los agudos conflictos políticos y culturales que nos rodean.

El planeta pide a gritos una revisión del pensamiento y de la acción económica para poder responder a la realidad global. Sachs afirma que los líderes políticos, las personas y las organizaciones tienen que admitir que las reglas del juego económico han cambiado y empezar a actuar con las realidades globales del siglo XXI en la cabeza.

El cambio climático y la escasez de agua que estamos viviendo, la superpoblación mundial, el desarrollo económico y el replanteamiento de la política exterior son algunos de los grandes temas que el autor expone a lo largo del libro. Sachs abre una puerta a un futuro diferente, en donde el desarrollo llega a todos los rincones del planeta. Porque el rasgo dominante de nuestro tiempo, y la principal amenaza para el futuro, es el hecho de que el club de la convergencia no está aún completo. Todavía hay grandes zonas del mundo, que albergan aproximadamente a mil millones de personas, donde no se ha desencadenado el crecimiento económico convergente.

Por definición, asegura el autor, estas zonas se van quedando cada vez más rezagadas con respecto a los líderes mundiales. Sirvan como ejemplo los siguientes datos: en 1820, el Reino Unido, la nación más rica del mundo, tenía una renta per cápita media tres veces a la de la región más pobre, el África Subsahariana. En 2005, el país más rico, Estados Unidos, tenía una renta per cápita aproximadamente 20 veces superior a la de la región más pobre, que seguía siendo la misma región africana. Además las personas más pobres están subalimentadas y su esperanza de vida es muy baja, en comparación con la de los países de renta más elevada. Por tanto, Sachs sostiene que la trampa de la pobreza se refuerza, no se corrige. Superarla exige políticas especiales y esfuerzos globales en lugar de dejar la solución a las fuerzas del mercado. La primera estrategia que propone es desarrollar y adoptar a escala global, y en un plazo breve de tiempo, las tecnologías sostenibles que permitan combinar altos niveles de prosperidad con la reducción del impacto medioambiental.

El segundo reto es estabilizar la población mundial, y sobre todo la población de los países más pobres, con el fin de aunar prosperidad económica y sostenibilidad medioambiental. Y en tercer lugar, habrá que ayudar a los países más pobres a salir de una vez por todas de la trampa de la pobreza. Estos tres objetivos, según Sachs, sostenibilidad medioambiental, estabilización demográfica y fin de la pobreza extrema, constituyen la esencia de las promesas del milenio.

La ayuda de los ciudadanos del mundo

Sólo hay una forma de prosperar en la próxima generación: actuando como ciudadanos del mundo. Según Jeffrey Sachs, como personas damos rienda suelta a nuestras energías creadoras y hasta a nuestro potencial para ganar dinero cuando formamos parte de redes globales, en el trabajo y en la acción.Y apunta que un mercado mundial ofrecerá grandes posibilidades de progreso profesional a aquellos que desarrollen sus actividades en China, India y otros mercados emergentes. Formar parte de estas redes globales obligará a estar al tanto de las tendencias mundiales.El ser humano tiene como responsabilidad conocer la verdad lo mejor que pueda, pero desde el punto de vista técnico y ético. Es necesario un compromiso con la verdad. Para ello recomienda aprender de los retos de esta generación, esto es, familiarizarse con la ciencia del desarrollo sostenible. Y en la medida de las posibilidades de cada uno, viajar por el mundo.

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