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Infraestructuras

Abertis mantiene la inversión en los aeropuertos de Bolivia para dar confianza al Gobierno

Abertis ha reafirmado su intención de invertir en los tres aeropuertos bolivianos que gestiona y sobre los que pesa la amenaza de nacionalización por parte del Gobierno de Evo Morales. Entretanto, la compañía española prepara su defensa contra las acusaciones de incumplimientos en el plan de mejoras.

La firma española de infraestructuras Abertis no está dispuesta a que su nombre sea manchado por un presunto incumplimiento de contrato. Eso, pese a que las acusaciones parten de un país de escaso peso para el negocio de la multinacional, como es Bolivia, y aunque la polémica tiene que ver con tres de los aeropuertos más pequeños de su cesta de activos: El Alto (La Paz), Viru Viru (Santa Cruz) y el aeródromo Jorge Wilstermann (Cochabamba). Como adelantó CincoDías el pasado 28 de junio, el Gobierno boliviano mantiene que Sabsa, filial de Abertis en ese país, ha descuidado reiteradamente su plan maestro de inversiones.

Como consecuencia, el Viceministerio de Transportes ha filtrado que tiene preparado un decreto para recuperar las concesiones de las tres terminales aéreas. Una postura que ha ratificado en declaraciones a este periódico Graciela Toro, ministra de Planificación y Desarrollo de Bolivia: 'El modelo de gestión privada de los aeropuertos no ha funcionado ni ha tenido el efecto deseado. El servicio que se da no es el adecuado y, por eso mismo, es por lo que se plantea la reversión'.

Ante la posibilidad de perder sus únicas concesiones en Bolivia, Abertis ya trabaja en armar su defensa. La empresa que dirige Salvador Alemany sostiene que sigue sin recibir una notificación oficial sobre el descontento del Ejecutivo de Evo Morales, pero no ha dejado de recordar su intención de destinar 34 millones de dólares, en el periodo 2007-2012, a obras de infraestructura, equipamiento y otras actuaciones de emergencia.

Fuentes solventes aseguran que la compañía participada por La Caixa y ACS ha encargado una auditoría externa sobre su gestión al frente de los citados aeropuertos para demostrar que no ha caído en la dejadez. Un extremo que un portavoz de Abertis se apresuró a desmentir en la tarde de ayer aludiendo a unas declaraciones a la prensa local del viceministro de Transportes, José Kinn, en las que asegura que no se nacionalizarán los aeropuertos.

Las instalaciones de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba llegaron a manos de Abertis con la operación de compra del gestor aeroportuario TBI. Las tres concesiones parten de febrero de 1997 y fueron firmadas por un plazo de 25 años cada una. Ahora, el Gobierno se plantea recuperarlas para que sean explotadas por un ente público, la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana).

El de la reversión de estas infraestructuras se convierte en un tema recurrente, después de que fuera planteada en 2002 y de que la propia Aasana manejara un expediente contra Sabsa en 2007.

En los 11 años que esta última figura como titular de los tres aeródromos bolivianos ha invertido 20 millones de dólares en obras de mejora y ha pagado 43 millones al regulador aéreo por la privatización.

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