La exclusividad es la aspiración del chino chic
El país de la copia ya no quiere vestir de uniforme. Su clase alta ha dicho adiós a la homogeneidad del grupo. La China de alto standing consume lujo y sofisticación a grandes dosis. Pero ya no se limita a comprar grandes marcas, que visten los de su clase. Punto y final a la ostentación colectiva. Ahora, constata la consultora especializada InterChina Insights, exige exclusividad. Este es, por tanto, un buen momento para las marcas de nicho. De nuevos ricos a consumidores individualistas.
Chanel, Prada, Louis Vuitton, Cartier, Gucci, Dolce & Gabbana. En ediciones limitadas, sí, pero sus líneas de gran consumo pasan a un segundo plano. Los nuevos ricos no quieren oír hablar de repetir modelito.
'Antes era una seguidora indiscutible de marcas famosas. He llegado a gastar el salario de tres meses en un bolso de Louis Vuitton. Pero ahora prefiero marcas menos conocidas como Marni o Bottega Veneta', comenta un alta ejecutiva china, clienta habitual de tiendas de lujo. 'Obviamente no todo el mundo reconoce o aprecia estas marcas, pero no me preocupa. Me gusta comprar artículos de lujo que digan algo sobre mí: algo reservada, algo tímida, pero con un fino gusto por la moda y una buena calidad de vida', añade.
Ya no quieren parecerse al resto. Y aquellos que solían comprar ávidamente marcas de lujo han comenzado a comprar de forma gradual otras marcas. Y se atreven a mostrar rasgos individuales. No desprecian las grandes marcas, pero están modificando su manera de acercarse a éstas. En vez de comprar simplemente un artículo pret-à-porter de Chanel, por ejemplo, como habría hecho hace cinco años, ahora son más selectivos. Empiezan a preguntarse por qué pagar una desmesurada cantidad para lucir un logo famoso.
En ciudades como Shanghai, los consumidores han empezado a prestar más atención a marcas alternativas, dejando un poco de lado a las renombradas marcas de moda. Para ellos, es algo similar a un código secreto y 'sólo puede ser reconocido por gente de especial buen gusto', comenta la consultora.
Y son muchas las razones que explican este aumento de sofisticación. Mientras que la base de consumidores de lujo continúa madurando, existe una saturación natural de ciertas marcas famosas, aseguran desde InterChina. Gracias, además, a la apertura internacional del país asiático, muchos nuevos ricos han tenido la oportunidad de viajar al extranjero, donde han conocido una mayor variedad de marcas. En su afán por mostrarse diferentes, las marcas de nicho les confieren un reflejo más individualista.
Nuevos ricos, a caballo entre moda y tradición
Durante sus más de 4.000 años de historia, los chinos han conservado inalterables sus valores culturales. Valores que todavía hoy influyen en su comportamiento. También a la hora de vestir y en su relación con las marcas comerciales. De alto standing o de segundo nivel. Entre los valores tradicionales chinos, cuatro explican por qué el chino se relaciona como lo hace con la moda. Son cuatro conceptos fundamentales que tienen que ver con el respeto por la edad y por el cargo jerárquico, la orientación al grupo, la importancia de la apariencia y la necesidad de las relaciones. Este legado cultural ha ayudado a forjar la mentalidad china. Su deseo de apariencia y ostentación de riqueza o de utilizar marcas famosas para potenciar la autoestima y demostrar el estatus social, la salud y el éxito se explica en la apariencia. Es más, muchos chinos ricos creen que el simple hecho de llevar marcas de lujo les coloca en una situación de ventaja respecto de sus pares. Esto significa que el nivel de reconocimiento y el estatus de la marca es especialmente importante para ellos. Y como tienen un respeto especial por la edad y el cargo jerárquico, suelen apostar por marcas que cuenten con una larga y prestigiosa historia. Piensan que poseer una prenda de estas casas de moda refleja su propio éxito y jerarquía.