La inflación en el punto de mira
Existe el riesgo de que la inflación 'estalle', dice Jean-Claude Trichet, presidente del BCE. Un día antes de la reunión sobre tipos, apenas podría haber hecho sonar Trichet la señal de alarma más claramente. La toxina de la inflación debe ser contrarrestada, y rápidamente. El Banco de Inglaterra se reúne la semana que viene y observará nerviosamente las expectativas de inflación en Reino Unido (4,6% el año que viene). La inflación ha logrado zafarse de ambos bancos centrales. Pero el BCE está más lejos de su objetivo y tendrá que hacer lo imposible para alcanzarlo.
Trichet ha despertado tarde. La tasa de inflación de la zona euro ahora es el 4%; se ha situado de repente al nivel de los tipos del BCE. Esto supone que la política monetaria no está todavía haciendo lo suficiente. El crecimiento de la masa monetaria en la zona euro está en dobles dígitos. El BCE seguramente elevará el precio del dinero en 25 puntos básicos hoy, aunque la economía de la zona euro se está atascando. Y el BCE puede verse forzado a subir tipos otra vez, aunque al hacerlo podría provocar la recesión.
Las alarmas de la inflación sonaron antes en el Banco de Inglaterra. Mervyn King, su gobernador, tuvo que escribir al ministro de Hacienda hace más de un año, cuando la inflación rebasó primero el 3%. Pero al menos el tipo referencial del Banco de Inglaterra, en el 5%, estaba por encima de los precios de consumo, situados en el 3,3%. El crecimiento de la masa monetaria, aunque todavía en un 10% anual, ha caído considerablemente en meses recientes, al igual que Reino Unido se ha deslizado considerablemente hacia lo que parece una inminente recesión.
Aunque las previsiones del Gobierno británico es que la inflación aumente, los salarios están bajos, incluso antes de que el desempleo aumentara apreciablemente. Siempre que los salarios permanezcan controlados, el Banco de Inglaterra también lo estará.
¿Qué es lo que ha ido mal? El Banco de Inglaterra y el BCE señalan a la irrupción de Asia y a la desbocada subida de los precios del petróleo. Pero quizás deberían mirar más cerca de casa, la enorme subida de los precios de la vivienda en Reino Unido, Irlanda y España. Durante mucho tiempo los bancos centrales han ignorado la explosiva fuerza del crédito y del dinero.
Por Ian Campbell
M&S, preparado para lo peor
El descenso en el consumo ha golpeado los comercios de Reino Unido, y duramente. Las acciones de Marks & Spencer, un buen barómetro para el sector de la venta al por menor, se hundieron un 20% después de revelar que sus ventas comparables habían caído un 5,3% y advertir de que sus beneficios podrían quedarse lejos de sus expectativas. M&S tiene problemas propios peliagudos, pero otros podrían estar en situaciones mucho peores.Simplemente, M&S no está hecho para los tiempos de estanflación. Sus precios son caros, igual que lo son sus costes. Como vendedor de ropa y alimentos de alta calidad es también muy discreto. Pero como mínimo, M&S tiene flexibilidad financiera. Tiene un tesoro en propiedades, aunque su valor se tambalee. Y puede retirar su cash flow del programa de renovación si fuera necesario.Otros rivales más apretados financieramente pueden no tener tanta suerte. Tomemos Debenhams, la cadena de almacenes que lanzó a Bolsa un grupo de capital riesgo hace dos años. Su deuda neta estimada este año es cinco veces el Ebitda, casi el doble que M&S. Las ventas de M&S pueden haber caído, pero Debenhams no consigue habitualmente presentar ventas comparables positivas.Debenhams, y sus ya rodados primos como New Look, pueden estar estables de momento. Pero pueden meterse en un lío con una rapidez sorprendente. Si las ventas de Debenhams caen un 15% este año, un análisis de Breakingviews sugiere que su liquidez, ante una inversión de capital, podría reducirse a menos de la mitad, a 120 millones de libras.Hay cosas peores que estar excesivamente endeudado, como que tus proveedores se pongan en huelga. Dos minoristas de sofás, Land of Leather y SCS, flirtearon con la bancarrota después de que sus aseguradoras, que habían dado líneas de crédito a sus proveedores, amenazaran con cerrar el grifo. Ninguna tenía deuda neta. Si los proveedores de Debenhams, a quien les debía 250 millones de libras el año pasado, aprietan sus condiciones, podrían poco menos que barrer su liquidez.M&S, Debenhams y sus iguales no prevén, por supuesto, algo como un descenso de las ventas del 15%. Pero los altos costes fijos, los activos escasos, el apalancamiento financiero y quizás las peores condiciones para minoristas en 20 años no conforman una mezcla feliz.Por John Foley.