El 'tiki-taka' de la economía
La semifinal y la final de la Eurocopa han obligado a nuestras empresas de bebidas y alimentación a producir al máximo de su capacidad para atender la fuerte demanda. Las grandes superficies y la hostelería han compensado los pésimos datos de mayo por la huelga del transporte. Los medios de comunicación han visto incrementar su difusión y los ingresos publicitarios. La demanda de dinero se ha disparado y se habrán producido millones de transacciones, incrementando las comisiones bancarias y los maltrechos márgenes de nuestras entidades financieras. Producción de banderas y camisetas, pirotecnia, etc. Todo esto tiene un impacto sobre el PIB multiplicado, por lo que no será desdeñable en la contabilidad nacional del trimestre. La aritmética es sencilla, el segundo trimestre contó con 91 días, por lo que una economía de alta congestión, como las denominó el Nobel de Economía Arthur Okun, con 9 días produciendo al máximo en sectores muy representativos, tendrá un impacto relevante en el PIB del trimestre que terminó ayer.
Con la vista en el futuro me surgen dudas razonables: ¿se mantendrá la euforia y la elevada propensión marginal a consumir tras la devolución de impuestos en las nóminas? Nuestras entidades financieras están emitiendo cédulas hipotecarias con vencimiento a dos años entre 50-70 puntos básicos por encima de euríbor mientras las germanas emiten a cinco años a euríbor más 10 puntos básicos. ¿Tendrá el buen juego de la selección un impacto positivo sobre nuestra imagen país y ayudará a cerrar ese diferencial absurdo entre dos activos AAA, que es la causa principal de la intensidad del ajuste que registra la economía española?
Tendremos que esperar a los datos del tercer trimestre para responder. No obstante, he leído que 400 euros es una cantidad ridícula. Si los agregas suponen casi seis décimas de PIB, por lo que la propensión a consumir determinará el gasto efectivo y a eso siempre hay que aplicar un multiplicador, como ha demostrado el paquete fiscal de Bush en los datos de renta y gasto personal de mayo en EE UU.
Gracias a los jóvenes futbolistas, pertenecientes a la supuesta generación del fracaso escolar, que no tiene talento, ni valores, que no se sacrifica, todos estamos de enhorabuena, hasta los que aborrecen el fútbol. Para que luego digan que la economía es aburrida y una ciencia lúgubre.
José Carlos Díez. Economista jefe de Intermoney