Tirarse a la piscina sin probar el agua
A estas alturas de la película es indudable que en Bolsa se han creado verdaderas oportunidades. Pero a ver quién es el guapo que se lanza a la piscina sin probar primero lo fría que está el agua. El banco de inversión Dresdner Kleinwort publicó ayer una nota sobre Banco Santander llena de alabanzas y con una clara recomendación de compra. Dice el analista que ha elaborado este informe, Arturo de Frías, que el potencial de subida de la entidad presidida por Emilio Botín es nada menos que del 70%, y lo justifica por la diversificación de su negocio y la visibilidad de sus resultados, que a su juicio siguen en récord.
Las caídas que han sufrido las acciones, especialmente en el sector bancario, han dejado las valoraciones en muchos casos por los suelos. Santander, por poner un ejemplo, cotiza con un PER de siete veces con respecto a los resultados previstos por Dresdner para el año que viene.
De las 62 entidades que cotizan en el índice Stoxx bancario, 53 acumulan pérdidas superiores al 20% en lo que va de año.
Como el analista de Dresdner, hay agentes en el mercado que observan un creciente potencial en muchas acciones a medida que se prolonga la caída. La habilidad consiste en separar el grano de la paja, porque no cabe duda de que, aunque en estos días todo cae a plomo, no todas las empresas tienen la misma visibilidad, ni el mismo equipo gestor, ni están diversificadas de la misma manera.
Pero también es cierto que aún está por concretar el grado de la crisis a la que no enfrentamos: su intensidad y su duración. Porque puede haber compañías que con las variables presentes tengan potencial en Bolsa, pero que pierdan atractivo si empeoran las condiciones macro. Por no hablar de la volatilidad extrema que sufren las Bolsas a corto plazo.
A buen seguro que muchos inversores están frotándose las manos a la espera del gran rebote. Pero no es cosa de hoy para mañana. Hay oportunidades, sí, pero habrá que armarse de paciencia antes de ver cómo se materializan.