El abogado de Blueprime informa a la CNMV que ya no negocia con accionistas del Popular
La operación de acoso a Banco Popular se desinfla por momentos. Por una parte, Trinitario Casanova, quien hace dos semanas anunció que había cerrado un acuerdo para vender su 3,5% del grupo a la firma Blueprime, reconoció ayer que tan sólo controla un 2,098% de la entidad. Por otro lado, la citada sociedad británica, que aspiraba a adquirir el 20% de Popular, ha perdido a sus representantes legales.
El despacho de abogados Hassans, uno de los más importantes de Gibraltar, comunicaba ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha dejado de asistir legalmente a Blueprime Limited en sus negociaciones para adquirir el 20% del tercer banco español.
Miembros de ese bufete habían contactado con los grandes accionistas de la entidad (Allianz, Dresdner Bank, Ram Bhavnani, Americo Amorim) para proponerles la compra de sus títulos.
Hasta la fecha, el único que había accedido a la propuesta de la opaca sociedad Blueprime era el constructor Trinitario Casanova. El presidente del grupo Hispania había llegado a un acuerdo para transferir el 3,5% de Popular a la firma a un precio de 14,2 euros por acción (que conllevaba una prima del 50% respecto a la cotización de los días previos), pero dicho pacto precontractual tenía varios matices.
El primero, que la operación quedaba condicionada a que Blueprime se hiciera con el 20%, algo improbable dada la poca disposición a vender de otros inversores. El segundo, que los títulos de Casanova habían sido utilizados como garantía para un préstamo y su enajenación requería del visto bueno del acreedor pignoraticio.
La caída de la acción de Popular ha hecho que dicho prestamista haya optado por ejecutar parte de los títulos dados en prenda. La semana pasada, Casanova ya comunicó que poseía menos del 3% de Popular y ayer informó a la CNMV que tan sólo posee el 2,098% del capital, tras vender una parte en el mercado.
Según se suceden los acontecimientos, la posible compra de Popular pierde visos de credibilidad, al tiempo que gana peso la teoría de una operación para calentar la acción, que en las últimas sesiones ha perdido casi un 9%.