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Crónica de Manhattan
Crónica
Texto informativo con interpretación

La hora del bendito cheque

El viernes es 4 de julio: el Día de la Independencia, la fecha en la que los americanos aprovechan para reunirse con la familia y amigos en torno a una barbacoa y para viajar. El año pasado, el calendario quiso que esta festividad cayera en miércoles y eso deslució el plan. Este año habrá un largo fin de semana; no obstante, y según la Asociación Automovilística de América (AAA), se viajará menos.

La organización proyecta que el número de viajeros caiga un 1,3% con respecto al año pasado. Es el primer retroceso en lo que va de década. Los altos precios de los combustibles han disuadido a miles de personas a tomar un avión o incluso desaparcar el coche. Este bache refleja la caída de la confianza que ya han medido los últimos índices. El paro no se está disparando aún, pero esta crisis está afectando a los consumidores, a sus casas y a las cosas que normalmente hacen, por ejemplo, conducir.

De momento, el consumo está aguantando y, de hecho, en mayo subió un 0,8%, según las cifras del departamento de Comercio. Más de lo que anticipaban los analistas. Es el mayor aumento desde noviembre y, ajustado a la inflación, la subida fue del 0,4%, la mayor desde diciembre de 2006, cuando la crisis subprime vivía los inicios de la pesadilla en la que se ha convertido.

La clave para este gasto está en el cheque de 600 dólares por contribuyente que ha llegado en las últimas semanas al buzón de quien cobrara menos de 75.000 dólares al año. Los cheques de la ayuda fiscal empezaron a llegar a finales de abril y el Tesoro dijo el viernes que ya había repartido 78.304 millones de dólares de los algo más de 110.000 con los que se ha dotado este estímulo económico.

Por obra de este cheque no sólo ha habido una subida de consumo, sino también de los ingresos (un 1,9%), lo que ha permitido elevar la tasa de ahorro hasta el 5%, una cota a la que no se llegaba desde 1995.

Algunos economistas consideran que este trimestre se puede cerrar con un aumento en el ritmo de crecimiento del 2%.

El problema es que el estímulo es un pago único y ni consumidores ni analistas creen que el consumo se mantenga sin más tras este empujoncito con cargo a los presupuestos del Estado. Es por eso por lo que la confianza de los consumidores se ha sumido en mínimos de 16 años y por lo que este año la barbacoa se hará cerca de casa.

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