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Ábel Garamhegyi

'Necesitamos empresas auxiliares de automoción'

Considera que las relaciones entre España y Hungría pueden mejorar, en especial a través de la incursión de empresas españolas en el sector del automóvil y las infraestructuras. El objetivo es que España se convierta en el quinto cliente húngaro a corto plazo.

España ha sido elegida como destino para el año económico del Hungría, que por ahora sólo se ha celebrado en China y Francia. Entre diciembre de 2008 y junio de 2009 se sucederán veinte encuentros empresariales para impulsar las relaciones económicas entre ambos países. El secretario de Estado de Economía húngaro, Ábel Garamhegyi, se reunió el pasado jueves con representantes de CEOE y varias patronales sectoriales para presentarles el calendario.

¿Por qué han escogido a España?

Estamos convencidos de que hay todavía potencial en las relaciones bilaterales. Hay mucho hueco que podríamos rellenar con acuerdos comerciales. Los dos países no se conocen lo suficiente uno a otro y no son conscientes de las posibilidades que ofrecen.

España es el decimoctavo país proveedor de Hungría y el décimo cliente, ¿cree que puede mejorar a corto plazo?

Me gustaría que España se convirtiera en el quinto mercado más importante de Hungría en poco tiempo. Por eso hemos organizado el año económico que está repleto de actos, donde los empresarios serán los protagonistas. Hemos montado un pabellón en la Expo de Zaragoza y vamos a organizar actos en once ciudades distintas. Nuestra experiencia nos dice que este evento provocará que el número de contactos empresariales se incremente hasta un 20%, tal y como ocurrió en Francia y China.

¿Cuáles son los principales sectores de interés en Hungría para las empresas españolas?

En Hungría se está concentrando una gran parte de la industria de automoción, que ofrece grandes oportunidades a la industria auxiliar de componentes. Otros sectores con potencial son el turismo y las infraestructuras, no sólo relacionadas con la construcción, sino también con la gestión de las mismas.

Los menores costes y los salarios más bajos han provocado la llegada de un gran número de empresas del automóvil, ¿cuál es el hueco que pueden tener las compañías españolas?

Tenemos una industria del automóvil en plena expansión. Daimler anunció hace pocas semanas que construiría una planta de 800 millones de euros, Suzuki ha doblado su capacidad de producción y Audi ha abierto una nueva planta. Vamos a necesitar nuevas empresas españolas que les abastezcan de componentes. La diferencia respecto a otros países de la zona como Eslovaquia o la República Checa es que Hungría se trata de un mercado premium, especializado en coches de alta gama. Así lo han entendido algunas firmas españolas, como Gestamp, que ya han abierto una fábrica en Hungría.

¿Qué incentivos ofrecen a la inversión extranjera?

Depende de la magnitud de la inversión. Las empresas pueden beneficiarse de exenciones fiscal o subvenciones directas dependiendo de los empleados que contraten.

Otro sector con grandes posibilidades es el de las infraestructuras....

Hay muchas oportunidades porque estamos recibiendo fondos europeos para rehabilitación de edificios o ciudades. En este terreno hay una vía de entrada importante, como la cooperación público-privada, que ya se está aplicando en el contrato de la autopista M6, valorada en varios miles de millones.

El Ejecutivo húngaro quiere seguir impulsando la llegada de turistas españoles, que creció un 18% en 2007, ¿considera que se pueden mejorar esas cifras?

Es un resultado impresionante, pero creemos que aún existe margen para seguir creciendo. Hemos lanzado una campaña turística muy ambiciosa en España que ha tenido un gran impacto. No obstante, creemos que podemos superar esa cifra con una nueva estrategia hacia el turismo de negocios y al de las fuentes termales, uno de los más atractivos de Hungría.

Las compras a Hungría doblan a las ventas

Hungría quiere elevar las cifras en sus relaciones comerciales con España. Entre enero y agosto de 2007, las exportaciones españolas a Hungría se elevaron a 665 millones de euros, con una fuerte concentración en el sector del automóvil. De esa partida, 243 millones correspondieron a partes y accesorios de los vehículos que montan las multinacionales extranjeras en suelo húngaro.La balanza comercial es claramente deficitaria para España, ya que las compras a Hungría (1.110 millones) suponen prácticamente el doble que las exportaciones.Las importaciones están muy concentradas en maquinaria y equipos de telecomunicaciones. Los menores costes salariales han provocado la entrada de un gran número de multinacionales tecnológicas (Nokia, Siemens, Ericsson o Philips), que han trasladado parte de sus producciones a Hungría para ahorrar costes.

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