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Junta de accionistas del primer banco español

Botín lanza un mensaje positivo sobre el futuro de la economía

Botín se dice 'optimista' y compara la situación actual con un catarro

En medio del debate semántico acerca de si la economía española transita por una 'crisis', atraviesa un 'momento delicado' o si se encamina a 'una recesión' -como sugería ayer presidente de Lehman Brothers, Luis de Guindos- el presidente de Santander optó el sábado por el optimismo y comparó la coyuntura actual con una leve enfermedad infantil.

El fuerte ajuste de la economía, explicó Emilio Botín, es como 'el catarro de un niño, que llega de golpe y con fiebre muy alta, pero que luego pasa rápido'. Preguntado por cuánto durará la convalecencia, el banquero aseguro que podría llegar a dos años.

En su opinión, España está evolucionando de forma peor a la esperada y la tasa de crecimiento del producto interior bruto (PIB) está en 'significativa caída', lo que afecta a la confianza de los consumidores y a la creación de empleo.

Pese a ello, el directivo se mostró convencido de que 'esta fase negativa no será larga' porque el país cuenta con puntos de apoyo que antes no tenía como unas cuentas públicas saneadas, un sector empresarial dinámico y diversificado y mayor flexibilidad en el sistema productivo.

Otra de las claves de la recuperación, a decir del presidente de Santander, es la mayor internacionalización. 'Las empresas han multiplicado por siete sus activos en el exterior en la última década', apuntó.

El valor del sector financiero

Botín también quiso subrayar que la existencia de un sistema financiero 'fuerte y solvente es una de las mayores garantías para el futuro de nuestra economía'.

Tras reconocer que la ralentización del PIB está incrementando la morosidad en la banca, quiso matizar que en España las entidades financieras parten de unas tasas muy inferiores a la media europea, cuentan con amplias garantías para los créditos y disponen de un alto nivel de provisiones que cubran posibles pérdidas.

Asimismo, valoró de manera muy positiva 'la excelente calidad de la supervisión y regulación prudencial' del Banco de España.

El primer ejecutivo del grupo Santander no dejó pasar la ocasión de reclamar a los agentes sociales que profundicen 'en aquellas medidas que permitan mejorar la productividad y la competitividad' de la economía nacional. Este mensaje no fue dirigido específicamente al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Al contrario que en otras ocasiones, en la junta de accionistas del pasado sábado no hubo mención alguna, ni para el Ejecutivo, ni para el ministro de Economía, Pedro Solbes, que atraviesa ahora sus horas más bajas.

'Los regalos para los accionistas los elijo yo personalmente'

Un accionista del grupo Santander aprovechó la junta de accionistas para reprochar a su presidente, Emilio Botín, que su padre hacía 'mejores' regalos a los asistentes. 'Al menos nos endulzaba la vida con una caja de bombones y un cigarro puro Montecristo', recordó el nostálgico inversor tras quejarse del obsequio de este año: un impermeable. Botín tomó nota y, en el turno de respuestas, se dirigió a este accionista para decirle que los tradicionales regalos 'los escojo yo personalmente'. 'Estoy especialmente contento de la zamarra roja, o como se llame. Yo ya la he utilizado', apostilló el banquero.Una de las ausencias más notorias de la junta fue la de Rafael Pérez Escolar, el recientemente fallecido ex consejero de Banesto que convirtió la persecución judicial de los directivos de Santander en la razón de su existencia. Tampoco hubo ninguna intervención de representantes sindicales.

A vueltas con la compra del estadounidense Sovereign

Una de las cuestiones planteadas por los accionistas a la que más atención dio el presdiente en su replica fue a la adquisición del banco estadounidense Sovereign. Dos de los inversores que se dirigieron públicamente al consejo de administración de Santander tacharon de 'nefasta' la adquisición realizada por el grupo del 24,4% de la firma norteamericana. El banco español pagó en 2005 un importe de 2.400 millones de dólares (algo más de 2.000 millones de euros de entonces) por hacerse con una quinta parte del capital, más una opción de compra ejecutable sobre la totalidad. La crisis del sector financiero estadounidense y la depreciación del dólar han hecho que Santander acumule minusvalías. Pese a ello, Botín recordó que se trata de una 'inversión a medio o largo plazo' y que Sovereign cuenta con una excelente franquicia en una de las zonas más prósperas de Estados Unidos.

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