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Tabaqueras

Imperial Tobacco despide a 2.440 trabajadores, 830 de Altadis

La integración de Altadis en Imperial Tobacco se saldará con la eliminación de 2.440 puestos de trabajo en toda Europa. En España el recorte ascenderá a 830 empleos (el 12% de la plantilla), de los que 338 corresponden al cierre de la fábrica de cigarrillos negros de Alicante. Sólo una filial, la de Polonia, ganará trabajadores. Francia es la más perjudicada con más de 1.000 despidos. En total Imperial cerrará seis fábricas, entre ellas, la de su sede de Bristol.

Seis meses ha tardado Imperial Tobacco en elaborar el plan de reestructuración al que la multinacional se ha visto abocada tras comprar el grupo Altadis. Ayer la multinacional británica anunció que, en España, se saldará con la eliminación de 830 puestos de trabajo, es decir, el 12,3% del total de la plantilla española. En total, la británica despedirá a 2.440 empleados (el 6,1% de su plantilla) y sólo un país, Polonia, ampliará su fuerza laboral.

Imperial ya advirtió desde el inicio de su integración con la hispano-francesa que iba a realizar despidos y ayer volvía a justificarse alegando la existencia de redundancias organizativas e industriales, así como una situación de 'significativa sobrecapacidad'. Por ello, la británica ha decidido eliminar seis fábricas. Entre ellas, una de sus dos plantas en España, la de Alicante.

Además, cerrará los centros de producción de Estrasburgo y Metz (ambos en Francia), Berlín (Alemania), Smolnik (Eslovaquia) y la planta de su sede británica en Bristol. La tabacalera asegura que también se ve obligada a concentrar su producción de cigarrillos y cigarros, a eliminar duplicidades en el área administrativa y optimizar su red comercial.

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La reestructuración se comunicó de manera simultánea en las distintas filiales de Imperial. En España, el encargado de explicarla fue su consejero delegado, Gareth Davis. El máximo responsable de Imperial detalló a los representantes sindicales el cierre de la planta alicantina, que conllevará un recorte de 338 empleos. Imperial los justifica por el acusado descenso en el consumo de tabaco negro (del 60% en España y del 70% en Francia en los últimos 10 años). Por ello, trasladará la producción a Logroño, que será a única planta que fabricará cigarrillos en España tras la reorganización.

La fábrica de Alicante sólo tiene seis años de edad. Fue inaugurada en 2002, bajo la presidencia de Pablo Isla, para absorber la producción de los centros de Valencia y San Sebastián. Entonces conllevó una inversión superior a los 30 millones.

La producción de cigarrillos rubios y negros se concentrará en Logroño con un aumento de plantilla de 89 trabajadores. En cuanto a las plantas de preparación de tabaco en rama de Cádiz y Palazuelo (Cáceres) el ajuste de producción y empleo afectará a 258 empleados. Tampoco será positiva la reestructuración en la parte administrativa y servicios centrales, donde se eliminará 140 empleos, de los que el 70% serán prejubilaciones.

En Madrid, la sede del grupo rebajará su plantilla hasta 100 trabajadores. Por su parte, la 'optimización' de la red de ventas afectará a 170 empleos. Junto a la fábrica de Logroño, la otra planta española beneficiada es la de Cantabria, ya que concentrará la producción de cigarros que hasta ahora se hacían en Bristol y Estrasburgo. Por ello, aumentará la producción en un 114%. Además, elevará su plantilla desde los 278 hasta 306 trabajadores.

El 80% de los 830 trabajadores españoles afectados por el plan de recorte de empleo podrá acogerse a prejubilaciones, mientras que el resto tiene la opción de trasladarse a los centros de Cantabria y Logroño. Pero España no ha sido el país más perjudicado por la reestructuración. En Francia, el recorte asciende a 1.060 trabajadores, el 22,5% del total. De ellos, 690 corresponden a producción, 250 a ventas y marketing y 120 a administración.

En su mercado doméstico, el Reino Unido, Imperial cerrará la fábrica de Bristol, aunque conservará allí su centro corporativo, y trasladará parte de la producción británica de cigarrillos a otras plantas europeas. Mientras en Alemania, donde Imperial ya tuvo que llevar a cabo un ajuste de empleo tras la adquisición de Reemtsma , el cierre de Berlín conllevará 420 despidos, aunque la rebaja se reducirá a 250 gracias a los empleos que creará en la fábrica de Langenhagen. Polonia, será el único país beneficiado, ya que saldará la reorganización con un saldo neto de 200 nuevos trabajadores.

Críticas sindicales

Hasta ayer, los trabajadores de la tabacalera británica desconocían las intenciones de la compañía pero, tras descubrirlas, asumieron que la decisión de Imperial no les ha sorprendido. 'Les hemos expresado nuestra disconformidad porque pensamos que España sale bastante mal parada de esta reestructuración', aseguraba ayer Jorge Tomé, secretario general de la sección sindical de CC OO en Altadis. 'Lo más dramático es el cierre de la fábrica de Alicante y la reducción de Cádiz, además de la pérdida de empleo en ventas y servicios centrales'. Mientras, UGT asegura que los despidos son 'una sangría' y que vigilarán el desarrollo de la reestructuración, sin descartar medidas de presión.

Sin embargo, el representante de CC OO reconoce que la decisión de Imperial 'es irreversible' y que ahora los sindicatos de la tabacalera deberán llegar a un acuerdo que represente los intereses de toda la filial española. 'Hay una divergencia de impresiones, hay descontento en Alicante y Cádiz, pero en Cantabria y Logroño estarán encantados, porque allí va a aumentar la producción', apuntaba ayer Jorge Tomé.

No sólo los trabajadores han reaccionado a los planes de la británica. También los políticos han criticado la reestructuración propuesta desde Bristol. El Alcalde de Alicante, José Luis Alperi, valoró el cierre de la fábrica alicantina como 'una de las peores noticias', al ser una decisión tomada 'casi con nocturnidad y alevosía porque no da opción a negociaciones de ningún tipo'.

El alcalde del Partido Popular aseguró en declaraciones a la Cadena SER no entender 'cómo de repente y sin haber negociado' el consejero delegado de Imperial le comunicó por carta 'la decisión de cerrar la fábrica'. 'Funcionaba muy bien, era una fábrica moderna, con unos trabajadores excepcionales, de los que más alto rendimiento conseguían', lamentó Alperi.

Mientras, el consejero andaluz de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, Francisco Vallejo, aseguró que la reducción de 236 empleos en la planta gaditana 'no tiene justificación'. Además, apuntó que Imperial tendrá que justificar el recorte, ya que la división andaluza de Altadis 'ya ha hecho todo el sacrificio que tenía que hacer' porque 'en los últimos años se han producido 'reducciones de plantilla muy importantes'.

Un grupo con recortes de empleos a sus espaldas

Expedientes de regulación de empleo y cierres de fábricas se han convertido en hechos habituales para la industria tabacalera.Sólo entre 2003 y 2007, Imperial Tobacco y su ahora filial Altadis, suman 8.000 despidos y el cierre de 25 centros de producción. Detrás de estas reestructuraciones está el proceso de concentración el sector. En sólo cinco años, Altadis ha eliminado 5.000 empleos y 14 fábricas, en su mayoría, como consecuencia de la integración de los antiguos monopolios del tabaco en España y Francia: Tabacalera y Seita. Mientras, su matriz británica adquirió en 2002 la germana Reemstma, lo que obligó a cerrar 11 plantas y eliminar alrededor de 3.000 puestos de trabajo.La compra de Altadis ha sido la última, hasta el momento, ya que las tabacaleras han optado por unirse y capear así la caída del consumo de cigarrillos en los mercados occidentales.Ayer, Imperial Tobacco justificaba la reestructuración por las decrecientes ventas de cigarrillos en los mercados maduros, donde 'la presión social antitabaco sigue aumentando con nuevas restricciones'.La británica también alega que en el periodo 2000-2006, el mercado de cigarrillos en los seis principales países de la UE (Alemania, Reino Unido, Francia, España, Italia y Polonia) se ha reducido un 2,8% y las perspectivas no auguran un futuro más positivo.

Cáida en Bolsa

La Bolsa londinense no respaldó la reestructuración anunciada ayer, ya que los títulos de Imperial se apuntaron una caída del 3,29%. La reorganización conllevará un coste de 600 millones y unas eficiencias operativas de 300 millones anuales hasta 2010.

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