'Zaragoza es ya un referente en Europa'
El alcalde cree que está viviendo su 'década prodigiosa'
A Juan Alberto Belloch se le nota que está viviendo el momento más dulce de su ya dilatada trayectoria política. Como alcalde de Zaragoza, asiste, en primera línea, al cambio de una ciudad que 'ha dejado de ser un lugar de paso entre Madrid y Barcelona para convertirse en una capital referente en Europa, y preparada para abordar con solvencia cualquier gran proyecto', subraya.
¿Qué ha cambiado en Zaragoza en estos últimos años?
Ha habido cambios muy importantes, tanto físicos como de percepción. Somos la ciudad de más de 500.000 habitantes que más ha crecido en términos económicos y demográficos y la que cuenta con mayores compromisos de inversión pública y privada per cápita. Estamos viviendo lo que, sin exageración, podríamos calificar de 'década prodigiosa', semejante a la que, anteriormente, han vivido Valencia y Barcelona. Pero aquí el avance va a ser superior, porque se partía de más abajo.
La ciudad es percibida como motor del desarrollo aragonés. Es la garantía para que la región no se desertifique y se disperse'
¿Cuáles van a ser esos cambios físicos?
Está surgiendo un nuevo centro en Zaragoza, pegado a la zona histórica, que va a cambiar sustancialmente la fisonomía de la ciudad. Se trata de un área que abarca más de 240 hectáreas, integrada por el recinto de la Expo, el Parque Metropolitano del Agua y la Milla Digital, que aprovecha los suelos que dejó la llegada del AVE y el cubrimiento de los antiguos espacios ferroviarios. Las 25 hectáreas que ocupa el recinto de la muestra internacional, las 110 del Parque del Agua (una extensión semejante al Retiro madrileño) y las 120 hectáreas de la Milla Digital (que será un espacio de creatividad e innovación plenamente urbano) están, gracias a la conexión de los nuevos puentes de la Expo, prácticamente a un kilómetro de la Plaza del Pilar. Contamos con la oportunidad histórica de construir un espacio nuevo, que será un referente en Europa, como lo está siendo ya la ciudad misma.
Naturalmente, la percepción ha cambiado.
Desde luego. Hasta hace diez años, Zaragoza era, simplemente, un punto de paso entre Madrid y Barcelona, y el turismo, que sigue siendo importante, se restringía prácticamente a las visitas al Pilar. Cuando se hablaba de acometer un proyecto importante, se decía siempre que 'eso sólo pueden hacerlo en Madrid, Barcelona o, como mucho, Valencia'. Ahora, con la organización de la Expo, hemos demostrado la capacidad para afrontar cualquier iniciativa. Eso ha subido la moral de los zaragozanos que ahora se creen, y con razón, importantes.
Y este avance en Zaragoza, ¿no será a costa de aumentar la brecha que separa a una capital boyante del resto del territorio autonómico?
Aquí se ha producido también un cambio cualitativo muy importante. Hace años, se veía a Zaragoza como la capital que crecía a costa de despoblar el resto de Aragón, una especie de oasis de desarrollo en un desierto económicamente deprimido. Pero ahora, y los sociólogos y economistas que detectaron el fenómeno anterior así lo reconocen, Zaragoza es percibida como motor del desarrollo aragonés. Eso explica que, cuando se adjudicó la Expo, la alegría fue igual en Zaragoza que en el resto de la comunidad. Y los rectores de la muestra están trabajando para que sus efectos beneficiosos contribuyan a vertebrar un espacio autonómico en el que se están aliviando los desequilibrios históricos. Ahora, Zaragoza es percibida realmente como la capital de Aragón y es la garantía de que Aragón no se desertifique y se disperse. Además, tenemos la suerte de que no nos excluye nadie y de que, según se ha demostrado con el caso de la Expo, los españoles sienten los éxitos de Zaragoza como propios, lo que constituye un activo muy importante.
Desde la perspectiva como alcalde, ¿qué significa realmente la Expo 2008?
Significa muchísimo. Todos los alcaldes sabemos que, salvo que medien acontecimientos excepcionales (Exposiciones o Juegos Olímpicos), resulta prácticamente imposible concentrar un volumen de inversión pública y privada para impulsar un cambio cualitativo en la ciudad. Pasar de una ciudad grande a la categoría de gran ciudad ha sido posible gracias a la adjudicación de la Expo. Proyectos decisivos para el despegue de la ciudad, como el cierre de los cinturones de ronda o la mejora del aeropuerto, han sido acelerados ostensiblemente por la adjudicación de la muestra internacional. Pero también hemos aprovechado este impulso para acometer otras iniciativas'.
Confianza. "Se ha desterrado el escepticismo derrotista"
Belloch subraya que la Expo 2008 es un proyecto muy singular, diferente al del resto de las muestras internacionales. Generalmente, este tipo de eventos es gestionado por los Gobiernos centrales y adjudicado a una capital, en función de decisiones estratégicas. El ejemplo más reciente lo tenemos en Lisboa. Aquí, sin embargo, se trata de un proyecto nacido en la ciudad, cuyos habitantes entienden que ha llegado el momento de hacer algo grande, para llevar a Zaragoza al lugar que le corresponde.Y el alcalde aporta una prueba que avala su tesis. Por cada euro de inversión pública, el capital privado ha puesto siete. Esta proporción no se ha dado en ningún otro lugar y refleja, muy gráficamente, el grado de integración de los zaragozanos con el proyecto. En este sentido, la Expo 2008 pretende también ser única por la singularidad de proyectos que engloba como el pabellón puente, primero en el mundo que, desde el principio, es concebido como un edificio.Es la gran obra que estaba pendiente, a nivel de arquitectura mundial, y ha venido a recalar en Zaragoza. Todo un símbolo de que los zaragozanos han sustituido el escepticismo derrotista por una autoestima capaz de impulsar grandes proyectos, concluye Belloch.