El sector de la construcción en el exterior
La fundación de CincoDías coincide con el asentamiento a mediados de los setenta de la actividad internacional de los grandes grupos españoles, sobre todo, en Latinoamérica.
Por razones culturales y de índole estratégica, América Latina en aquellos años fue un mercado floreciente para los grandes proyectos de infraestructura, tanto de transportes como de carácter industrial, apoyados en muchos casos por fondos multilaterales.
Posteriormente, en la década de los ochenta, la presencia española en ese continente pasa prácticamente desapercibida debido entre otras razones al incremento del precio del crudo, que permitió a muchos países de Oriente Próximo y norte de África acometer proyectos de gran envergadura al tiempo que América Latina entraba en un periodo de involución política y crisis económica del que tardarían una década en salir.
A partir de los años noventa el panorama cambia de nuevo y la presencia internacional se diversifica de forma considerable: vuelve al mercado latinoamericano, se mantiene la presencia en Oriente Próximo, pero además los grandes contratistas compiten con éxito en el mercado de la Unión Europea, sobre todo en Reino Unido, Portugal, Francia e Italia.
En la presente década se ha dado un nuevo fenómeno: la entrada en mercados muy desarrollados como Estado Unidos y Canadá, de la mano de proyectos en los que las empresas constructoras no sólo ejecutan la obra, sino que la mantienen y explotan por un largo periodo de tiempo, vía la colaboración público/privada con diversas modalidades en su aplicación.
El crecimiento de la actividad exterior está siendo espectacular en los últimos años y cinco grandes grupos españoles figuran entre los 40 primeros puestos de la clasificación mundial de exportadores y un total de ocho empresas entre las 225 del mundo según la publicación americana ENR (Engineering News Record).
Además, estos grupos han apostado por un incesante proceso de diversificación en ámbitos muy diversos y ajenos al proceso constructivo propiamente dicho, como son energías alternativas, handling aeroportuario, proyectos medioambientales, ciclo integral del agua, mobiliario urbano, gestión de hospitales y otros edificios de carácter administrativo.
Este giro hacia otras actividades por parte de las empresas ha sido debido a varias razones, y entre las más significativas podemos citar el proceso de fusiones y adquisiciones de compañías acaecido durante los años noventa, que les permitió adquirir tamaño para competir con sus homólogos en igualdad de condiciones, la liquidez generada por los grandes grupos durante más de veinte años de crecimiento ininterrumpido de la actividad constructora interna, la estrecha colaboración con el sector financiero y la experiencia concesional española que hemos sabido exportar a terceros países.
Como ejemplo de la vitalidad creciente de los mercados internacionales está el peso de la exportación en los ingresos de las seis empresas líderes del sector, que ha pasado en cinco años del 12% al 35%. En la actualidad, siete grandes grupos españoles figuran entre los 11 primeros del mundo, según la clasificación elaborada por la publicación PWF (Public Works Financing) -con datos hasta octubre de 2007-, relativa a proyectos en explotación en materia concesional en el sector de las infraestructuras de transporte en el mundo, con 207 proyectos, el 42% del total.
De hecho, las empresas españolas son cada vez más frecuentemente invitadas a participar en proyectos de envergadura en terceros países por parte de sus competidores de países de la OCDE, dada su experiencia y liderazgo, en un mercado de creciente evolución en el que el sector público busca fórmulas de colaboración público/privada para financiar proyectos de interés estratégico y social, evitando comprometer su nivel de endeudamiento.
El mapa geográfico está por ello muy diversificado, si bien actualmente habría que hacer un mayor esfuerzo hacia los países de la ampliación de la Unión Europea, debido a que su nivel de desarrollo en todo tipo de infraestructuras es insuficiente y recibirán los fondos de la UE, de los que España se benefició en el pasado. Ya hay varios grandes grupos españoles posicionados en esa área.
En segundo lugar, queda el inmenso escenario del sudeste asiático, India y China principalmente, en donde por tradición no hemos estado presentes. Es necesario un esfuerzo por parte de todos: empresas e instituciones públicas, para crear una imagen de marca/país desarrollada desde el punto de vista tecnológico en esa zona en donde se nos conoce por hitos de carácter deportivo, cultural, gastronómico o turístico, pero en donde la imagen de país puntero en materia tecnológica no va aparejada con España.
Alicia Revenga. Directora del Grupo Exportador de Seopan