España destinará 500 millones a la lucha contra la crisis alimentaria
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calcula que se precisan unos 20.000 millones de dólares (12.944 millones de euros) anuales para superar la crisis alimentaria provocada por el incremento de precios. Según la organización, la crisis mundial amenaza a cerca de 1.000 millones de personas.
La cumbre inaugurada ayer en Roma por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para abordar la escalada de los precios de las materias primas apuntó directamente a los países del Primer Mundo. El director general de la FAO, el senegalés Jacques Diour, criticó que los países ricos gastan miles de millones de dólares en subsidios agrícolas, en derroche de comida y armas. 'El exceso de consumo por parte del mundo obeso penaliza a los países pobres'.
En el mismo sentido, Ban Ki-moon exigió la bajada de las barreras comerciales y la retirada de las prohibiciones a la exportación y aseguró que la provisión de alimentos debería crecer un 50% hasta 2030 para satisfacer una demanda creciente. Junto a las políticas proteccionistas, los biocombustibles -cuya producción precisa de materias primas alimentarias- aglutinó las mayores críticas. 'Nada es más degradante que el hambre, especialmente cuando es producido por el hombre', sentenció Ban Ki-moon ante dirigentes de los 183 países que participaron en la cumbre.
Los países pobres alertaron de que la producción de biocombustibles provoca la espiral inflacionista en los alimentos. En el último año, el precio del trigo y el arroz se ha duplicado. 'No se puede reemplazar los cultivos dedicados a producir alimentos por plantas utilizada para la bioenergía', aseguró el presidente de Madagascar, Marc Ravalomanana.
Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, fue más comprensivo con la industria de los biocombustibles y defendió que África podría beneficiarse de una producción de biocombustibles basada en el azúcar, como Brasil. A pesar de las críticas a la bioenergía, EE UU prevé canalizar un tercio de su cultivo de maíz para la producción de etanol en 2022 y la Unión Europea quiere que el 10% del combustible automovilístico proceda de la bioenergía en 2020.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, realizó una encendida defensa del etanol producido por su país y criticó con dureza los subsidios de la agricultura de los países ricos, que dijo, son los verdaderos culpables de la subida de precios. 'Veo con desolación que muchos de los que responsabilizan al etanol por el alto precio de los alimentos, son los mismos que hace décadas mantienen políticas proteccionistas.
Más allá de la responsabilidad compartida entre el proteccionismo y los biocombustibles, el Banco Mundial indicó que los líderes políticos deberían enviar semillas y fertilizantes a los agricultores pobres, así como levantar las barreras a las exportaciones. 'Ya que tenemos una gran cantidad de líderes mundiales aquí, vamos a tratar de centrarnos en lo que realmente podamos hacer', dijo Zoellick, que la semana pasada anunció un préstamo de 1.200 millones de dólares para ayudar a los países pobres.
Zoellick avanzó que en el próximo encuentro del G-8, que reúne a los países más industrializados, se deberá discutir en cómo convertir la creciente demanda de comida en una oportunidad para los países pobres.
España y Francia comprometen 1.500 millones
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ayer en la cumbre organizada por la FAO a destinar 500 millones hasta 2012 para poner en marcha un paquete de medidas contra la crisis alimentaria. Su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, aseguró en el mismo foro que Francia dedicará 1.000 millones de euros en el desarrollo agrícola de África.Las medidas propuestas por Zapatero incluyen, a corto plazo, programas de protección social para los pequeños agricultores, principalmente en el África subsahariana y proyectos de ayuda a menores de cinco años, que es el grupo más afectado por la crisis. A medio plazo, España promoverá una iniciativa para el desarrollo de los territorios rurales en América Latina y un programa de apoyo científico-técnico agrario, pesquero y alimentario que responda a las demandas de alimentos de la población en riesgo. Zapatero, consciente de que muchas veces las declaraciones en foros de ese tipo se quedan en papel mojada, resaltó su compromiso: 'Las palabras pueden ser todo lo bonitas que queremos, pero los fondos deben ser reales' advirtió a los cerca de 50 jefes de Estado y de Gobierno presentes en la cumbre. En cuanto a la responsabilidad de los biocombustibles en la crisis, Zapatero, defendió que su efecto es limitado.