Zapatero y Berlusconi cierran el conflicto en inmigración
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, zanjaron ayer en Roma las discrepancias que surgieron entre ambos países después de que Berlusconi aprobara una ley que considera delincuentes a los inmigrantes indocumentados.
El origen de la polémica fueron unas declaraciones de Teresa Fernández de la Vega que, hablando de Italia, manifestó que España rechaza las actuaciones que exalten 'la violencia, el racismo y la xenofobia'. Tras el revuelo que levantaron esas palabras, el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, tuvo que aclarar que la vicepresidente no se refería a la política de inmigración de Berlusconi sino a los incidentes contra inmigrantes producidos en Nápoles.
En cualquier caso, el Gobierno español, considera que la ley aprobada por Italiana debería haberse consensuado con la UE para evitar un desvío de los 'flujos migratorios'.
Zapatero y Berlusconi , en la cumbre organizada por la FAO, apostaron por trabajar juntos dentro de la UE y aseguraron que no existe ningún conflicto entre ambos países.