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Tribuna
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La formación, esencial en la actual coyuntura

Es un hecho reconocido comúnmente que la educación y la formación constituyen pilares fundamentales del desarrollo económico, de la consecución por parte de los trabajadores de sus legítimas aspiraciones de progreso a lo largo de su vida laboral y de los objetivos empresariales de mejoras continuas de competitividad y calidad. La importancia de la formación se acrecienta actualmente para la actividad constructora, porque la situación regresiva que atraviesa la edificación residencial se está reflejando en una disminución del empleo y ello comporta, inevitablemente, la necesidad de redoblar por parte de las empresas y las Administraciones públicas los esfuerzos destinados a mejorar, ampliar y personalizar la oferta formativa.

En estos momentos los esfuerzos han de ir dirigidos de manera prioritaria a posibilitar el acceso a nuevos conocimientos y especialidades a quienes se vean afectados por la disminución de la actividad que actualmente desarrollaban y a ofrecer a las empresas trabajadores más cualificados en aquellas áreas donde se detecten nuevas necesidades de capital humano. Adicionalmente, hay que responder adecuadamente a la demanda de formación específica en seguridad y salud laboral, así como potenciar la acreditación de dicha formación, de manera que aquellos trabajadores que mayor esfuerzo en formación hayan realizado, tengan ese plus de profesionalidad que, sin duda, les será cada vez más necesario en este periodo de ajuste de la actividad.

La formación profesional en el sector de la construcción es hoy más necesaria y esencial que nunca. Además de aumentar los recursos y las campañas de concienciación dirigidas a empresas y trabajadores sobre la necesidad de mejorar y ampliar la formación profesional, en todos los escalones de la actividad, hay que optimizar la propia oferta formativa. Más formación, pero, sobre todo, más vinculada a la empresa y a sus necesidades; más formación, pero no como mero cumplimiento de las obligaciones legales en este aspecto, sino con la conciencia de que es un factor determinante para mejorar las perspectivas futuras del sector y sus trabajadores; más formación, pero sobre todo dirigida y alentada hacia las pequeñas y medianas empresas que están soportando el mayor impacto negativo de la coyuntura actual en la actividad constructora residencial.

Desde el sector se han redoblado los esfuerzos dirigidos a este fin. El recientemente firmado convenio colectivo general ya ha ratificado el interés de los agentes sociales por alcanzar el objetivo de que todos los trabajadores amparados por dicho convenio tengan a medio plazo la obligación de tener acreditada la formación básica en prevención de riesgos laborales y la cualificación profesional de que dispongan.

Llevar a buen fin estas iniciativas y avanzar en la consolidación y extensión de una oferta formativa sectorial que permita a las empresas seleccionar mejor sus recursos humanos y a los trabajadores aspirar con garantías al desarrollo de su carrera profesional es esencial en la actual coyuntura de la actividad constructora, porque la competitividad va a ser determinante para unas y otros en los próximos años.

Enrique Corral Álvarez. Director general de la Fundación Laboral de la Construcción

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