Ferran Adrià, sin malos humos
Faltaba la gresca de los cocineros para que el ambiente acabara de caldearse. Las declaraciones de Santi Santamaría arremetiendo contra el genio Ferran Adrià han sorprendido a más de uno, y no sólo a los del gremio de la cocina. También a los comensales.
Algo le ha debido sentar mal a Santamaría para sacar los pies del plato de esta manera. Porque es difícil de entender que quiera poner colorado a la persona que ha revolucionado la cocina en España y que ha colocado a este país en el mapa de la cocina mundial. No es casualidad que haya una proliferación de cocineros con ganas de innovar, de hacer las cosas de manera distinta, algo tiene que ver con la forma en la que Adrià ha sofisticado la cocina. Para empezar, le ha quitado los malos humos. Pocas veces, y en tan pocos gremios, se ha visto a un colectivo tan bien avenido. Juan Mari Arzak comparte vacaciones con el propietario de El Bulli. Andoni Luis Aduriz me contó estas navidades que acababa de llegar de un viaje por Perú con Arzak. En otra ocasión, me encontré a Sergi Arola compartiendo cena en la mesa que Andrés Madrigal tiene en su cocina en Alboroque.
Todos conocen a Adrià y saben que, en parte, ellos están ahí porque anteriormente él hizo un trabajo previo, que ha sido reconocido internacionalmente. Pocos sabrían hoy quién es Santi Santamaría, y a muy pocos les importaría realmente lo que él hace o dice, si los cocineros españoles no hubieran adquirido el protagonismo que hoy tienen. Y esto se debe a las deconstrucciones y a los experimentos culinarios de Adrià. Es más, es el único cocinero que se estudia en las aulas de las escuelas de negocios españolas. Es un mérito que hay que reconocerle, como lo es que siempre vaya marcando la pauta, que siga innovando y creando platos con los que no te alimentas, sino con los que te recreas los sentidos. He estado en El Bulli y no sabría decir qué platos tomé, no los recuerdo, aunque sí que eran una treintena de pequeñas emociones que nunca olvidaré. Cuando se habla de que las empresas españolas necesitan de innovación, investigación y desarrollo, se están refiriendo a eso, a saber hacer las cosas de manera distinta para ser más productivos. La cocina española ha ganado con Ferran, que además ha creado la Fundación Alicia, con la que pretende educar a la sociedad en hábitos de alimentación sanos. España necesita de genios como él. Para comer en el día a día ya están otros cocineros. Y de los buenos, como Santi Santamaría.