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Secretos de despacho

Amplitud en el Festival El Sol

Carlos Rubio recibe en su luminoso despacho todas las candidaturas del certamen

Le gusta el ajetreo. Y más estos días, previos a la celebración de El Sol, el Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria, que se desarrollará del 29 al 31 de mayo en San Sebastián. Para Carlos Rubio, madrileño de 51 años, es su vigésima edición como gerente del certamen, y sabe que estos días son intensos. 'Hay que hacer mucha labor de relaciones públicas y de promoción mucho más fuerte de la que hacemos a lo largo del año', afirma este ejecutivo, que tiene su despacho repleto de candidaturas. 'Es increíble, pero este año hemos batido un récord en cuanto a candidatos'. Cree que es en momentos de crisis cuando las empresas deberían invertir más en publicidad. 'Es cuando hay que ser más creativos y cuando se necesita más ayuda externa para que las empresas sean más competitivas', afirma.

Rubio es optimista en cuanto a la incidencia que tendrá la crisis económica en el sector publicitario. 'De momento, creo que no se ha notado, pero veremos a ver qué pasa. Esperamos que sea pasajero'.

Es licenciado en Derecho y diplomado en Marketing y Dirección Comercial. Es miembro del Comité de Directores Nacionales de la Asociación Europea de Agencias de Comunicación (EACA). También es miembro de la junta directiva y del comité ejecutivo de la Asociación de la Autorregulación de la Comunicación Comercial. Además de director general de la Asociación Española de Agencias de Publicidad (AEAP). Desde hace años, colabora de forma regular con distintas universidades y escuelas de publicidad y marketing en la formación de alumnos en estas disciplinas.

'No aguanto la pereza. A trabajar hay que ir siempre con las pilas puestas. No soy de horarios'

Comienza su jornada laboral temprano, le gusta madrugar, sobre las 8.30 de la mañana está ya en el despacho y nunca se va antes de las 19.30 horas. 'Los días suelen ser muy intensos, siempre hay reuniones de trabajo, negociaciones de convenios, promociones, pero no me puedo quejar porque soy una persona muy afortunada, ya que trabajo en un sector con profesionales muy creativos, jóvenes y dinámicos'. Lleva 20 años ocupando un puesto, que él pensaba que iba a ser para tres años. 'El festival ha sido la excusa para seguir porque ha ido consolidándose en España, donde ya es un referente, y está empezando a despegar también en Iberoamérica, donde estamos desde hace seis años. Me siento muy cómodo haciendo este trabajo y, aunque no tenía previsto estar tanto tiempo, nunca me he arrepentido'.

El despacho es amplio, aunque eso es algo que no le importa demasiado, ya que siempre ha estado acostumbrado a compartir espacio. 'Procedo de una familia numerosa, ya que somos nueve hermanos y eso marca el resto de tu vida. Cuando era pequeño dormía en la habitación de la lavadora, y eso marca porque no necesito el silencio para hacer cosas'. Como no le gusta la soledad, tiene la puerta del despacho siempre abierta para que entre todo el mundo. 'Me gusta estar en contacto con la gente. Y en mi despacho se hacen las reuniones de empresa. Muchas veces, cuando yo no tengo que asistir salgo del despacho para que se celebre la reunión tranquilamente'.

Es un maniático del orden, 'lo necesito para poder hacer cosas', y aunque cree que no es nada exigente, pide a los que trabajan a su lado que sean responsables y que el trabajo salga bien. 'No aguanto la pereza, a trabajar hay que ir siempre con las pilas puestas. Cuando convoco una reunión a primera hora pido a la gente que esté al mismo ritmo que yo', señala. No es de horarios, sino más de obligaciones. 'Quiero que todos sean responsables de sus tareas. Con dedicación y formación se puede conseguir todo'. Bien lo sabe él, que comenzó su carrera trabajando en el sector seguros, en Mutral (Mutua Rural) y durante seis años trabajó en Renfe, en el departamento de relaciones laborales. 'No sabía nada de publicidad, pero lo complementé con cursos de formación', subraya.

Una réplica del premio

Es disciplinado y le gustan los puestos ambulantes, aunque asegura que trabajar desde casa le costaría. 'Si tengo que trabajar en fin de semana prefiero ir a la oficina. No me gusta nada mezclar mi vida personal con lo que hago'. Carlos Rubio tiene pequeños detalles que le arropan cada día, como un cuadro del artista chino Walasse Ting, así como fotografías de sus compañeros de otras asociaciones de publicidad europeas. Y una réplica de un pequeño Sol, igual al que se entrega en San Sebastián a los premiados. 'Me gusta este objeto y es todo un símbolo porque representa todo lo que hacemos'.También tiene cerca una reproducción de la barandilla de la nueva playa de Zurriola, cerca del Kursaal, un regalo que le hizo el alcalde de San Sebastián, Odón Olorza. 'Me gusta estar rodeado de cosas que me recuerdan lo que es el broche de oro a un año de trabajo, el festival'. Cerca de su mesa de trabajo, tiene colocado, y bien a la vista, el casco de la moto, con la que se desplaza por la ciudad. Carlos Rubio tiene como aficiones el deporte, que practica con la familia, sobre todo con sus dos hijos de 11 y 9 años; y la lectura, 'aunque eso va por temporadas, dependiendo de la carga de trabajo'. Ahora, se disculpa, lee menos porque el Festival le absorbe todo su tiempo. 'Y cuando termina, hay que volver a empezar'.

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