El Cid, gran torero pero mal matador
Arranca la Feria de San Isidro con buen nivel
Se rompió la racha de orejas en la corrida de ayer, pero no la de grandes faenas. El Cid le hizo a su segundo toro de la ganadería de El Pilar, quinto de la tarde, una soberbia faena con la mano izquierda, con muletazos de altísimo nivel, y que sin lugar a dudas hubiera sido premiada con dos orejas si el sevillano hubiese acertado con la espada. Pero El Cid pinchó en dos ocasiones, y la plaza entera, entregada y rendida a su magnífico toreo, le tributó la ovación más intensa, hasta ahora, de la feria.
El Cid vio muy pronto que al toro había que darle sitio, para aprovechar la inercia de su viaje, y a partir de ahí llevarle muy largo, muy templado y muy metido en la muleta. Cuatro o cinco series de naturales tuvieron verdadera intensidad, y también clase. Además del toreo fundamental, El Cid estuvo variado y lucido en los adornos. Era faena y puerta grande, pero no acertó en el último aliento. Su gran tarde había comenzado en su primer toro, al que le hizo todo bien en una faena muy digna. Completaban la terna el francés Juan Bautista y el extremeño Alejandro Talavante. Y cada uno dispuso de un buen toro para expresarse, aunque ninguno de los dos estuvo a la altura del cuarto y del sexto respectivamente.
Con anterioridad a la corrida de ayer, la primera semana de San Isidro mantuvo un estupendo y poco habitual tono de triunfo. Tres matadores de toros y los novilleros Rubén Pinar y Miguel Tendero cortaron una oreja cada uno. Y no sólo tuvieron éxito los toreros, también las ganaderías de Peñajara y Carmen Segovia pasaron por Las Ventas con buena nota.
Los tres matadores que obtuvieron un trofeo llegaron a la plaza de Madrid en una situación bien distinta: Joselillo venía a confirmar su alternativa el domingo; Diego Urdiales había cogido una sustitución el martes después de varios años de torear muy poco, o casi nada; y Antonio Ferrera, que es un habitual de las ferias del calendario taurino, cumplió el miércoles con su objetivo de estar bien en San Isidro. De los tres, la actuación más redonda la firmó Urdiales, un buen torero postergado por las empresas, ni muy joven ni tampoco muy veterano, que pisó el ruedo de Las Ventas siendo consciente de que ésta era su última oportunidad. Y la aprovechó, y además con absoluta rotundidad. Contó a favor con dos buenos toros de Carmen Segovia, a los que toreó con gran clase y temple.
Toda una sorpresa fue el desconocido Joselillo. Muy valiente y entregado con un toro muy difícil de Dolores Aguirre (que le cogió sin consecuencias), luego aprovechó el mínimo resquicio que le ofreció uno manejable de esa misma ganadería. La tercera oreja de matador la cortó Ferrera con su entrega y buena actitud, en el mejor toro de la sosa corrida de Pereda. Y aun sin cortar orejas, el viernes pasado El Fundi también dio una buena tarde de toros.